Opinión
Julie de Romero: Presunción humana
La presunción está asociada a la actitud de hablar o actuar presumiendo o alardeando ante los demás
30 de julio de 2025
Opinión.- La presunción es característica de los seres humanos, por el hecho de ser seres racionales y lógicos. Es la creencia de que algo es verdad porque es probable, aunque no se tenga evidencia. Hay presunción humana cuando de un hecho debidamente probado se deduce otro que es consecuencia ordinaria de aquel.

La presunción también tiene connotaciones e implicaciones en la vida diaria, la usamos sin darnos cuenta para inferir resultados y conclusiones, basados en hechos pasados, y a través de ella podemos desarrollar creencias sin que sean probadas.

Pero también la presunción está asociada a la actitud de hablar o actuar presumiendo o alardeando ante los demás de lo que se tiene o se ha conseguido en la vida.

Presunción es sinónimo de suposición, sospecha, conjetura, creencias, conjetura, imaginación, jactancia, fanfarronería, altivez, arrogancia, engreimiento, petulancia, orgullo.

La presunción nos puede llevar a ser personas que creemos tener siempre la razón, una excesiva confianza por creer que se sabe todo y se tiene la razón siempre, puede ser la fuente de muchas creencias que no tienen sólidos fundamentos e incluso usar de presunción para manipular a otros.

Cuando Pablo le escribió su segunda carta a la iglesia de los Corintios, les exhortaba porque habían permitido que se infiltraran personas que usando de presunción enseñaban un evangelio diferente al de Cristo, esos con altivez y vanagloria, acusaban a Pablo de ser un falso apóstol mientras que ellos se vendían como dueños de una mejor revelación que también les exigía e imponían cargas que ni Pablo ni el evangelio les pedía.

Esa altivez, arrogancia, que manifestaban era según su propia carne y por lo tanto se descubría su insensatez y tontería. La presunción, nos puede dejar delante de todos como tontos, ante Dios y las personas.

Pablo prefería gloriarse en sus debilidades y no en sus logros, que, aunque los tenía, eran verídicos y de admirar, sin embargo, prefería mantenerse humilde delante de todos, para que la gloria de sus logros fuera de Dios y no suya.

La presunción humana se contrapone a la humildad de espíritu, a la disposición de corazón de ser humilde y reconocer que somos débiles, que finalmente todo lo que se ha logrado en la vida ha sido por que la gracia de Dios nos ha acompañado.

La presunción nos hace hablar más de la cuenta, a prometer cosas que luego no podremos cumplir, a creer que se tiene el control de los días, de la vida, de los tiempos, cuando no podemos hacer que mañana salga el sol, ni controlar el clima, ni lo que sucederá el día siguiente, con razón Pablo que hablar con presunción es de tontos. 2Corintios 11:21 Si alguien se atreve a presumir, yo también lo haré, aunque sé que estoy diciendo una tontería.

Era tal la revelación de Pablo acerca de cosas celestiales que para que no se enalteciera, Dios le colocó un aguijón en la carne, para mantenerlo humilde y pudiera así morar el poder de Dios en él.

Reconocer nuestra debilidad y nuestros límites es parte de nuestra madurez. Los procesos que atravesamos en la vida sirven para mantenernos humildes, para no confiar en nosotros mismos, sino en Dios y para ser sensibles a las necesidades de otros, porque quien no ha sido quebrantado no puede entender el dolor de aquellos que están delante suyo.

La biblia dice que todas las cosas ayudan para nuestro bien si confiamos en el propósito eterno de Dios. La vida y sus procesos no vienen para destruirnos, vienen para romper en nosotros cualquier confianza humana, para quitarnos todo orgullo, altivez, hacernos humildes, sensibles, más humanos y más útiles para Dios.

Un día Pedro hablo con arrogancia y dijo: “Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré” pero luego que el gallo cantó, ya lo había negado tres veces y dice la biblia que de repente, las palabras de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro y lloro amargamente. Este Pedro presuntuoso no le servía a Dios, pero cuando Jesús resucitó lo reconfortó con su amor y se convirtió en un hombre de fe, humilde, capaz de llegar a la gente con su mensaje, a tal magnitud que su primer sermón trajo a la fe a tres mil personas.

Mi consejo final es sencillo “Que tu confianza esté puesta siempre en Dios y cuídate de ti mismo, porque el ser presuntuoso te hace un tonto delante de Dios”

Ap. Julie de Romero.
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia.
Instagram @juliederomero @ccn.valencia
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Julie de Romero