Opinión
Calidad de vida: Papeles con aroma de mujer emancipada
Ellas tomaron valor y se decidieron a publicar sistemáticamente
6 de mayo de 2023
Opinión.- Valencia tiene el gran honor de ser ciudad pionera de la emancipación literaria femenina en el siglo XIX ya que, el 25 de mayo de 1855, la publicación El Figurín, en su primer número, informa que un grupo de damas de la ciudad apoyaron la aparición de un periódico llamado El Bouquet de las Damas. Esta es una de las importantes revelaciones que aporta Mirla Alcibíades, destacada investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), quien aclara que pudo consultar la nota de prensa pero, hasta ahora, no ha podido localizar un ejemplar de la publicación a la que hace referencia. La búsqueda continúa, pero bien vale la mención como registro de un hecho olvidado por la historiografía literaria venezolana.

La presencia de la mujer en la literatura venezolana tiene su más remoto antecedente en Sor María de los Ángeles (1770-1818), reconocida no sólo como la primera voz femenina de la Colonia sino también como una de las primeras mujeres escritoras de nuestro país. Se le atribuye la composición de un poema escrito en 1812, a raíz del terremoto de Caracas, entre otras obras. Posteriormente, sigue un largo silencio. Lo que sí se encuentra suficientemente documentada es la pasión lectora de las mujeres venezolanas entre 1810 y 1870, quizás como una manera de romper con el confinamiento doméstico. Mucha demanda tenían las novelas románticas en formato de folletín por entregas sucesivas, modalidad muy de moda en Europa y exportada a nuestras tierras. Toda esta experiencia de devoradoras de impresos, sobre todo de novelas, las fue formando para la escritura.

Ellas tomaron valor y se decidieron a publicar sistemáticamente, pero lo interesante es que no optaron por la vía subalterna. De tal manera que, en la década de 1870 se produjo un suceso muy novedoso: las mujeres ya no se contentaron sólo con leer y producir textos esporádicos para la publicación, sino que decidieron asumir tareas protagónicas al lanzarse como directoras y/o redactoras de revistas y periódicos. La primera publicación venezolana que contó con un nombre femenino en la dirección apareció en Caracas en 1872. Se llamó Ensayo Literario, dirigida por Elizabeth Anderson.

Pero la iniciativa no quedó allí, a Ensayo Literario siguieron otras 15 revistas, desde La Alborada (Caracas, 1881) hasta El Estímulo (Duaca, 1898), todas producidas, redactas y dirigidas por mujeres.

Finalmente, hay que resaltar el carácter emancipador que se pone de manifiesto en algunas de estas publicaciones. En Brisas del Orinoco (1888) comienza a tomar forma la tendencia a superar el campo de acción femenina más allá de lo doméstico, con una marcada inclinación a participar en el espacio público. El Problema (1891), haciendo honor a su nombre, es la primera publicación donde se problematiza, bajo la modalidad del ensayo, la función social de la mujer. Mientras que en Flores y Letras (Coro, 1894), Virginia Gil de Hermoso se planteó demostrar “la influencia de la mujer en los actos sociales”, es decir, públicos.

En definitiva, con estas revistas no sólo se produce una novedosa forma de participación de la mujer en la producción literaria, al convertirse en editoras y/o directoras, aparte de escritoras, sino que, además, se abre un proceso de cuestionamiento al discurso patriarcal que pretendía asignarle a la mujer funciones que limitaban su desarrollo intelectual y destinarlas sólo a ser centro del hogar doméstico. De esta manera, ellas protagonizaron un capítulo fundamental en la historia socio-cultural de nuestro país.

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VÍA NT
FUENTE Por: Arnaldo Rojas