Opinión
Silver cápsulas: La felicidad es hoy, cuidado con los distraídos
El ego nos tiende una trampa haciéndonos creer que lo vivido en el pasado nos condiciona
7 de octubre de 2025
Opinión.- Aquí estoy, como cada martes, hasta que Dios lo permita. ¿Cuántos de nosotros, atrapados por el ego, nos perdemos la oportunidad de aceptar el hoy tal como nos toca y, desde allí, vivir nuestro presente al máximo? Encontrando en cada detalle motivos de felicidad, eso lo llamo “la trampa del pasado con futuro”. Se los explicaré en dos partes.

La trampa del pasado: el ego nos tiende una trampa haciéndonos creer que lo vivido en el pasado nos condiciona. Por ejemplo, si hemos viajado por el mundo y hemos tenido la dicha de adquirir vehículos del año, o cualquier otro logro que nos haya permitido conseguir reconocimiento social derivado de nuestros logros materiales, nada más inservible hoy que eso. 

Al mantener nuestra mente ocupada en el pasado, nos autoinfligimos culpas o nos sentimos avergonzados por algo que no previmos. Si hoy no se nos permite sostener esa vida, lo llevamos a otro nivel con la autofrustración. Vestimos sucesos de ayer con ropas del presente, y decimos que fueron “tiempos mejores” solo porque han quedado atrás.

La trampa del futuro: aquí la ansiedad se hace presente. Con el autoengaño del pasado y la insistencia de mirar eventos que no controlamos y que no existen, creamos una situación de desasosiego. Nada podemos hacer para cambiar el futuro, porque este aún no se ha dado.

Mientras el ego nos secuestra entre pasado y futuro, nos perdemos el aquí y el ahora, sin detenernos a pensar que el día que tenemos hoy es el más maravilloso y está lleno de felicidad. ¿Por qué no lo vemos?

Como decía Facundo Cabral en uno de sus recitales: “No estás deprimido, estás distraído”. Distraído porque sientes que la vida te ha quitado cosas, cuando la realidad es que todo te fue dado. No es tuyo ni una hebra de cabello, todo fue resultado del milagro de la vida. 

Si algún ser querido falleció, no perdiste a nadie; el que se marchó simplemente se nos adelantó. Te quejas diciendo que ya eres viejo para ciertas cosas y no consideras a personajes como Winston Churchill, quien se convirtió en primer ministro de Inglaterra a los 66 años, o el coronel Sanders, fundador de la cadena de restaurantes KFC, quien lo hizo a los 65, o Warren Buffett, uno de los inversionistas más grandes del mundo, quien destaca por llevar una vida sencilla y austera; hoy tiene 95 años.

Eduardo Punset, escritor y divulgador científico (1936-2019), afirmaba: “La felicidad está en sala de espera de la felicidad”. En otras palabras, este juego que nos hace la mente se explica con los niños. Los niños no cantan por ser felices; por ser felices, los niños cantan. 

Algo similar ocurre con mi perro, Simba. No es feliz mientras come, es feliz justo antes de comer, cuando escucha el sonido del empaque que saco de la despensa y él sabe que guarda su comida. Cada trozo de alimento que golpea con la taza de metal acelera su emoción y mueve la cola en señal de felicidad.

¿Qué les parece si aprendemos de los niños y los animales? ¿Qué tal si vivimos más en el presente y lo agradecemos con más sonrisas y felicidad? Si evitamos preocupaciones innecesarias y nos ocupamos más, soltando el ego que nos secuestra, al mismo tiempo que trabajamos en el agradecimiento por todo lo que hoy nos fue dado: la vida. Por eso te invito a trabajar en la felicidad. No hay tiempo que perder. Espero contar contigo, así que manos a la obra.

@silverypunto
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Luis Antonio Yánez