Opinión
Silver Cápsulas: Después de lo vivido
Cada vez que intentas hacer lo correcto, cada vez que fallas y pides perdón, cuando eres solidario, cuando miras lo que te falta con fe, sabiendo que llegará lo que mereces y agradeces por lo que tiene
16 de diciembre de 2025
Opinión.- Aquí estoy, como cada martes, hasta que Dios lo permita.

Muchas veces me preguntan: ¿Por qué inicias tu columna con el mismo primer párrafo? Sencillo. A pesar de ser un laico (fui bautizado en la Iglesia Católica y vivo mi fe en Dios), nunca había sido un practicante activo de la misión de la iglesia. Creo en Él (Dios), sé rezar y, aun así, muchas veces no lo veo y hasta siento que no me acompaña.

Hace unos días, fui invitado por una de mis más apreciadas colaboradoras en la empresa a un retiro entre laicos, que me permitió entender la manera en que él existe en mí, y no es diferente a como existe en ti.

Cada vez que intentas hacer lo correcto, cada vez que fallas y pides perdón, cuando eres solidario, cuando miras lo que te falta con fe, sabiendo que llegará lo que mereces y agradeces por lo que tienes; cuando te emocionas por las cosas pequeñas, allí está Él. ¡Pero cuidado!, tal vez eres tú quien no lo ha dejado entrar. Te invito a considerar estas vivencias que seguro te van a servir:

Trabaja la fe: Desde su definición (certeza de lo que se espera y convicción de lo que no se ve), tenerla ayudará a tu salud mental, emocional y física. Te facilita encontrar el significado positivo a todas las cosas que te suceden.

Sirve a los demás: Hay muchas maneras de hacerlo. Por ejemplo: escuchando al desamparado, brindando tus conocimientos, ayudando al vulnerable o muchas ideas más. Ten presente que solo hay una clave: hazlo de forma desinteresada, sin esperar nada a cambio, más que el bien del otro. El efecto de servir no tardará en manifestarse: “Obtendrás más de lo que das”.

Sé coherente: Es muy sencillo. Solo tienes que alinear tus palabras con tus acciones, desde que despiertas hasta que duermes. No hables de fe ni de Dios en ti si, después de servir, humillas en la esquina a un desconocido. Cuando nadie te ve, tienes la oportunidad de materializar ese pacto contigo mismo y para tu bien.

Sé que no es fácil con la vida que llevamos: tribulaciones, injusticias, carencias, entre tantas cosas que nos asechan y hacen que levantemos nuestras propias barreras de protección. Pero cuidado, tal vez estamos construyendo nuestro propio encierro. Por eso, vivir una vida social con propósito definido es fundamental. Me refiero a los amigos que de verdad necesitas tener. Búscalos en los lugares adecuados (centros sociales, voluntariados, iglesia, espacios culturales).

En el libro “El Principito” encontrarás escrita esta frase que resume un tesoro: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Nada más cierto que eso: el amor, la amistad, así como los sentimientos profundos, solo se perciben con el corazón. Por eso te invito a abrir tu corazón a Dios. Si aún no crees, te dejaré unos contactos de emergencia que me regalaron mis hermanos de Emaús de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, Caracas Baruta. 

Úsalos cuando lo necesites:

- Cuando estés triste: Juan 14
- Cuando alguien te falle: Salmo 27
- Cuando te sientas solo: Salmo 23
- Cuando tu bolsillo esté vacío: Salmo 37
- Cuando sientas rabia: Santiago 1:19-21
- Cuando estés desilusionado en tu trabajo: Salmo 126
- Cuando quieras paz: Mateo 11:25 30 Espero que ahora me comprendas y halles la respuesta al porqué este espacio para encontrarnos siempre iniciará reconociendo que, si llego a ti, es porque Dios lo permitió. Dios existe en ti, déjalo entrar, abre tu corazón.

Si quieres contactarme, escríbeme a
lyanez@silverypunto.com.
Sigue la información minuto a minuto en nuestro Telegram Instagram Facebook Twitter ¡La noticia en tus manos!
VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Luis Antonio Yánez