Opinión
Cita con la historia: Nuevos datos para la historia universitaria carabobeña
Se trata del muy temprano decreto de fecha 19 de octubre de 1864
3 de octubre de 2025
Opinión.- Es harto conocido que los inicios de los estudios superiores en nuestra entidad se remontan a la creación del Colegio Nacional de Carabobo por parte del Gral. José Antonio Páez en 1833, el cual no se viene a instalar sino tres años después, en 1836, otorgando títulos de “bachiller” que permitían a los graduandos continuar estudios en las dos universidades que existían en el país: Caracas y Mérida.

Luego, en 1852, finalmente el Colegio Nacional de Carabobo es autorizado para impartir clases a nivel universitario: ciencias políticas (lo que hoy llamaríamos derecho), ciencias matemáticas y filosóficas (hoy sería ingeniería), ciencias médicas y ciencias eclesiásticas. Este año el Colegio se muda de la antigua Casa de La Estrella al edificio frente a la Plaza Sucre, antiguo Convento de San Buenaventura, lo que conocimos nosotros como la vieja Facultad de Derecho en el siglo XX.

Pero estudiando antiguas leyes y reglamentos encontramos dos datos interesantes que no hemos visto registrados por los cronistas de nuestra universidad: El primero de ellos es la primera vez que se le da el nombre de “Universidad” al Colegio de Carabobo.

Se trata del muy temprano decreto de fecha 19 de octubre de 1864, en los primeros tiempos de la Federación, por medio del cual el encargado del poder Ejecutivo del estado, el Gral. Eduardo Guinand, quien ejerció la máxima autoridad regional entre 1864 y 1865, dicta el decreto titulado “Decreto sobre Administrador de las Rentas del Colegio Universidad de Carabobo”. Y en su artículo 1° establece:

“Mientras se expida por este despacho el decreto reglamentario de la ley de 3 de septiembre del corriente año sobre instituto científico se crea, provisionalmente el empleo de Administrador de las Rentas de la Escuela Universal de Carabobo.”

El resto del decreto se refiere a las atribuciones y responsabilidades del funcionario mencionado.

Otro instrumento legal poco conocido es el de fecha 10 de febrero de 1865 “LEY SOBRE COLEGIO DE CARABOBO”, derogatoria de la ley de 28 de agosto de 1864, promulgada por el presidente del estado, general Jesús María Lugo.

Esta ley creaba una serie de nuevas carreras a impartirse en el instituto superior, como eran una Escuela de Agricultura (que comprendía veterinaria), una Escuela Mercantil que impartiría aritmética, teneduría de libros (fundamentos de contabilidad) , idiomas y geografía.

También se creaba una Escuela de Artes Mecánicas (que comprendía aritmética, álgebra, geometría, mecánica, física, arquitectura y dibujo lineal). La ley señalaba que “cuando sea posible, la adquisición de un laboratorio químico y de un profesor competente se enseñará también la química”.

Encontramos en este lejano 1865 los primeros intentos de establecer en aquel instituto escuelas de agronomía, veterinaria, contaduría y hasta ingenierías mecánica y química, lo que en cierta parte solo será una realidad cien años más tarde.

Ya para los tiempos de esa ley no aparecen las ciencias eclesiásticas y se preceptúa que los cursos de filosofía, derecho y medicina se sigan rigiendo por lo establecido para las clases de la Universidad de Caracas.

Entre las ambiciosas disposiciones de esta ley, nos llama la atención la de que se estableciera un anfiteatro para la enseñanza de la medicina práctica, que debería construirse con cargo al presupuesto del ejecutivo del estado.

La actividad del Colegio Federal y del Colegio de Primera Categoría no fueron siempre regulares y continuas. Faltaban presupuestos y las vicisitudes de las guerras civiles obstaculizaban el normal desenvolvimiento de toda actividad civil. Son muy pocos, o casi ninguno, los documentos que han quedado de aquellos institutos, pero lo cierto es que no hay registro de que aquellas nuevas carreras hubieran logrado graduar algún bachiller.

Quizás en algún archivo de lo que fue la oficina del cronista de la universidad podamos tener alguna pista sobre el funcionamiento de aquellas novedosas carreras.

De lo que no cabe duda es de la mentalidad avanzada de quienes propusieron esas novedades y los políticos que lo llevaron a tener fuerza de ley.
@luishmedicac
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Luis Heraclio Medina Canelón