"Su plan es coherente con los principios de mi Gobierno para acabar con la guerra: la recuperación de todos los rehenes, vivos y muertos, que Hamás sea desarmado, que Gaza esté desmilitarizada y que haya un perímetro de seguridad para el futuro", ha expresado el primer ministro israelí.
Con un lenguaje directo, el presidente estadounidense situó a su Administración en el centro de la transición, presentándose como garante de un futuro sin armas ni facciones en el enclave. La entrega de los rehenes que permanecen en manos de Hamás debería producirse de manera inmediata.
Dentro del plan revelado por la Casa Blanca, uno de los apartados más sensibles es el canje de rehenes y prisioneros. El texto establece que, en un plazo de 72 horas tras la aceptación israelí del acuerdo, deberán ser devueltos todos los rehenes, vivos o muertos