Mediante un comunicado detalló que han documentado cuatro testimonios y responsabilizaron al Gobierno de Israel por "este atroz crimen de propagación de la adicción y destrucción del tejido social palestino desde dentro".
En ese sentido, lo consideró "una política sistemática que constituye una extensión del genocidio que la ocupación perpetra" contra el pueblo palestino y alertó sobre la "trampa mortal" de estos sitios, al punto que exhortó a la comunidad internacional a detener su funcionamiento.
"En tan solo un mes desde su establecimiento, estos centros (trampa mortal) han causado la muerte de 549 ciudadanos, 4.066 heridos y 39 civiles hambrientos", agregó.
Ante esto, abogó por "romper el asedio a la Franja de Gaza", de manera que se pueda permitir la entrada de ayuda "únicamente" a través de instituciones oficiales de Naciones Unidas.