Envidia, sentimiento que puede desencadenar en una tragedia
Villani destacó que la envidia aparece mediante la comparación social, es por ello que los psicólogos recomiendan no comparar a los hijos
Sucesos.- El diccionario de la RAE define la envidia como el “sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí algo que otra posee”.
Este sentimiento puede desencadenar en tragedia, al conducir a las personas envidiosas a lastimar o a arrebatarle la vida a alguien, simplemente por no obtener lo que tiene la persona envidiada.
Recientemente, en la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Nacional (Unefa) de Maracay estado Aragua, una estudiante de ingeniería en sistemas, fue asesinada por dos compañeros de clase simplemente por celos o envidia. Como este caso, han ocurrido otros a lo largo del tiempo.
El psicólogo Sergio Villani, indicó que este sentimiento ha existido desde el inicio de la vida, recordó que entre los primeros sustratos históricos sobre la envidia tenemos los siguientes: según el libro del Génesis, los hijos de Adán, brindaron sendas ofrendas a Dios, siendo la de Abel del agrado del Señor y no así la de Caín. Celoso de su hermano, Caín mató a Abel. También por envidia, José siendo el hijo favorito de Jacob fue vendido como esclavo a los egipcios por sus hermanos.
Villani destacó que la envidia aparece mediante la comparación social, es por ello que los psicólogos recomiendan no comparar a los hijos. La envidia supone sentimientos de inferioridad e injusticia. Sin embargo, en los últimos años, varios autores consideran una doble faceta de la envidia. La base para ello está en que las emociones tienen una función pragmática mediante la preparación y motivación para las acciones.
Para el psicólogo, los dos tipos de envidia se caracterizan por poseer contenidos experienciales distintos y desencadenar comportamientos diferentes. La experiencia de envidia benigna puede motivar a realizar mejoras sobre nosotros mismos (en el atributo deseado) para alcanzar la posición superior en la que se encontraba el envidiado, mientras que en la experiencia de envidia maligna se genera malestar por el éxito del otro.
“De manera que, si alguien ha logrado alcances y nosotros aún no, en lugar de envidiarle (molestarnos por su éxito) podemos verlo como una inspiración. En parte, ese es el propósito de la psicología positiva, se trata de observar las conductas cuyas consecuencias fueron agradables, ajustadas y constructivas y adaptarlas a nuestro proceso (reforzamiento vicario)”, acotó el especialista.
La envidia patológica puede llegar a situaciones extremas, tal como en los trastornos de la personalidad, especialmente en la personalidad narcisista. Una persona narcisista no tolera ver el éxito de otros.
El manual que emplean psicólogos y psiquiatras como criterio para el diagnóstico de trastornos mentales, menciona que el Trastorno Narcisista de Personalidad se caracteriza por un patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza al principio de la edad adulta en distintos contextos. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia. Cree que es “especial” y único y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus. Tiene una necesidad excesiva de admiración. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines). Carece de empatía. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él, precisó, Sergio Villani.
