Crónica Criminal: Alias "Petróleo Crudo" y el Lago de Valencia
Muchas fechorías hizo alrededor de 1936, cayéndose a tiros con policías y guardias nacionales
Sucesos.- Cruz Crescencio Mejía, alias “Petróleo Crudo” comenzó a delinquir desde muy joven, a finales de década de los 20. Nacido en 1913 en Carúpano, a las orillas del Caribe, sus primeros años los pasó pescando y nadando, con una educación elemental, sólo leer y escribir, hasta que fue a probar fortuna en la capital. Como cualquier hampón comenzó como ratero, escalando en la curva delictiva hasta convertirse en ladrón de quintas y atracador. Pese a la censura de prensa la dictadura de Gómez, las crónicas sobre sus fechorías lo habían hecho el ladrón más famoso de Venezuela.
A los 23 años, en 1936, lo capturan robando una joyería y lo envían a la Isla del Burro, en el Lago de Valencia, conocida por algunos como “El Alcatraz Venezolano” por analogía a la isla presidio de EE.UU. Simulando encontrarse enfermo logra que lo lleven a la enfermería de donde logra fugarse lanzándose al lago en medio de un aguacero y luego de que los guardias le hacen varios disparos que no logran impactarlo. Petróleo Crudo, hombre de costa es un experto nadador y en varias horas alcanza la costa y se escabulle, pero varios días es recapturado en Barquisimeto y lo vuelven a traer al penal de la Isla del Burro.
A los dos meses Cruz Mejía se vuelve a escapar de la isla, esta vez, según sus propias palabras, le resultó mas fácil, ya que usó a manera de “flotadores” cuatro cocos secos, que le ayudaron a hacer más rápido el trayecto. Pensando que la isla no era suficientemente segura, las autoridades lo recluyeron en la prisión de Las Tres Torres, en Barquisimeto.
De allí también se escapó luego de apuñalar a un guardia. Lo ubican en Maracaibo, y cuando un policía le pide identificación “Petróleo Crudo” le clava un puñal en el estómago y huye en veloz carrera.
Muchas fechorías hizo en esos años, cayéndose a tiros con policías y guardias nacionales, resultó herido varias veces, pero no lo podían capturar.
En 1945 en El Tocuyo, un inspector lo ubica en un bar, pero antes de que le den la voz de alto, el hampón le dispara a la cabeza al policía, con la suerte que el tiro sólo le vuela el sombrero. El funcionario responde el fuego e impacta a “Petróleo Crudo” en el brazo y una pierna, pero aun así éste huye y
no viene a ser capturado hasta horas de la noche.
En el hospital, donde se recupera de sus heridas, trata de escapar haciendo una cuerda con sábanas para evadirse por la ventana, pero es descubierto antes de intentarlo. Las autoridades decidieron enviarlo nuevamente al penal de la Isla del Burro, pero mandaron a hacer una jaula, para tenerlo allí siempre e impedir algún escape.
Largo tiempo pasó Cruz Mejía en su jaula, encerrado como un animal, pero leyendo y estudiando. Llegó a escribir a la prensa exponiendo lo anacrónico del sistema penitenciario venezolano, lo que tuvo gran eco en la prensa, el público en general, políticos y abogados. Incluso fueron a su jaula entrevistarlo para los diarios y hasta un artículo de su autoría sobre el tema penitenciario fue publicado. Hablaba sobre la regeneración y el perdón y convertirse en un hombre nuevo. Se había convertido en toda una figura.
Al cumplir su pena salió en libertad. El gobierno del Distrito Federal le dio trabajo y parecía un hombre reformado. Su matrimonio lo cubrió la prensa y el presidente y ministros enviaron regalos. Les pidió a los reporteros que se olvidaran de Petróleo Crudo, que eso ya no existía más.
Pero después, mientras la policía investiga un robo se determina la participación de uno de los empleados del denunciante, quien al ser capturado confiesa que “Petróleo Crudo” era el jefe de la banda. Cruz a su vez confesó y entregó el botín que tenía enterrado. Se supo que, aunque no intervenía en los robos era el autor intelectual de muchos delitos.
Petróleo Crudo fue a parar a la Cárcel Modelo de Caracas. Un día de octubre de 1945 trató de desarmar a uno de los custodios y dos tiros terminaron con su vida.
