Crónica Criminal del pasado: Muerte en el Casupo
La joven madre había desaparecido luego de ir a trotar entre las 4 avenidas de Prebo
Opinión.- 1995. La joven madre había desaparecido luego de ir a trotar entre las 4 avenidas de Prebo y el Cerro Casupo. Su carro estaba cerrado en las inmediaciones. Luego de algunas búsquedas infructuosas en el cerro, poco después el cadáver aparece en los bosquecillos aledaños. El cuerpo aparece vestido, con un nudo de la muñeca derecha al cuello y algunas heridas contusas en el cráneo.
En la morgue se determina que la muerte fue por estrangulamiento, hay restos de fluido seminal en los genitales de la víctima lo que hace presumir una violación. El nudo hecho con una de las trenzas de los zapatos llama poderosamente la atención de los investigadores porque no es un nudo común. Aunque el cuerpo fue encontrado vestido, al proceder al examen se observan restos de tierra, piedritas y restos vegetales en los glúteos, lo que evidencia la posible violación y que fue vestida luego del hecho. Hay maracas de sangre que denotan que el lugar del hallazgo es sólo el sitio de liberación y que el homicidio fue en otra parte. También se observa un mordisco en uno de los senos, del cual se hace una fijación fotográfica para cualquier comparación posterior.
Como es habitual en este tipo de casos, son sospechosos los hombres cercanos a la víctima. Se investiga al padre del hijo de la mujer y a su actual novio, pero ambos son descartados. Las investigaciones se orientan hacia algunos ladronzuelos que han atracado a los senderistas del Casupo.
Al hacer el examen del cuerpo en la medicatura forense se colectan diversos apéndices pilosos (pelos). Los criminalistas descartan los pertenecientes a la propia víctima, pero encuentran otros que no son de ella. Y lo mejor, presentan una particularidad de gran interés criminalístico. Los pelos evidencian una enfermedad capilar conocida como “Tricorrexis nudosa” que consiste en la presencia de unos nódulos en el tallo del pelo, unas pequeñas bolitas que debilitan y fracturan la hebra capilar.
Los criminalistas solicitan la colaboración de expertos en nudos, quienes señalan que se trata de un “nudo Ballestrinque”, un amarre que se enseña en la marina, rescatistas, los scouts y otros cuerpos que tienen que ver con cuerdas y mecates.
Hay buenas pistas, pero no se tiene sospechosos. Pasan los meses y nada. El caso se va quedando frío.
Un buen día, los investigadores de robos detienen a un ratero por unos hurtos en la zona norte. Se sospecha que puede estar complicado con otros malhechores conocidos. Le interrogan sobre los otros tipos, pero el malandrín responde:
-No señor ¡Yo seré ladrón, pero no asesino. Yo no ando con esos porque son muy peligrosos y hace unos meses mataron y violaron a una muchacha en el Cerro Casupo.
Los detectives de robos se miran sorprendidos e inmediatamente llaman a sus compañeros de homicidios. Los pesquisas rápidamente ubican las residencias de los sospechosos, todos en el Barrio La Manguita y se practican los allanamientos y las detenciones preventivas.
En una pared de la casa de uno de los sujetos hay un diploma militar: “Técnicas de Cuerdas y Nudos”. Se les hacen placas comparativas de las dentaduras de los sujetos y uno de ellos coincide. Finalmente, otra experticia confirma que uno de ellos padece de “Tricorrexis nudosa”. Las pruebas técnicas son contundentes para condenar a los criminales.
Por Luis Heraclio Medina C.