Revista del Domingo
El arte de no hacer nada: Un placer necesario para tu bienestar
Actualmente se valora estar siempre ocupados y se subestima el descanso, cuando en realidad descansar y cuidarse resulta clave para proteger la salud
22 de agosto de 2025
Revista del Domingo.- Para Carlos Caudet, profesor de Psicología de la Universidad Europea (UE), con sede en Madrid, “vivimos en una cultura que premia la ocupación constante y que subestima el descanso, cuando en realidad parar es clave para proteger nuestra salud y prevenir el agotamiento físico y emocional”.

Destaca que “no hacer nada también es en sí hacer algo: permitirse descansar, parar y cuidarse, una idea sencilla, pero muchas personas han olvidado”.

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Caudet explica que “cuando el cuerpo reduce el estrés y descansa, se activa nuestro sistema nervioso parasimpático (responsable de regular una variedad de funciones corporales en condiciones de descanso o de recuperación), poniendo en marcha procesos clave, que limpian, reparan y regeneran nuestras células”.

A nivel emocional, nuestro cuerpo libera serotonina y dopamina, neurotransmisores (moléculas químicas que transmiten señales entre las células nerviosas), las cuales son fundamentales para el bienestar, la motivación y la salud mental, explica este profesor e investigador de la UE.

Parar nos fortalece

Caudet añade que “el descanso prolongado también mejora significativamente la función inmunológica o defensas naturales del cuerpo, ya que dormir bien o reducir el estrés aumenta la producción de linfocitos T y ‘natural killers’ (células asesinas naturales), dos tipos de glóbulos blancos que son esenciales para combatir infecciones y células tumorales”.

En ese sentido, el sueño profundo y reparador, especialmente en fases REM (o de movimiento ocular rápido), ha sido vinculado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas, según explica.

“El descanso reparador se relaciona con menor estrés oxidativo (desequilibrio puede dañar las células) e inflamación celular (respuesta biológica que puede ser nociva si se vuelve crónica), así como una mayor longevidad y funcionamiento fisiológico y psicológico”, concreta el profesor de la UE.

Incluso “lo que muchas personas etiquetan como ‘aburrimiento’ puede tener efectos beneficiosos si lo interpretamos como una pausa consciente”, según Caudet.

Nos recuerda que el descanso no debe limitarse a los periodos vacacionales, ya que “si aprendemos a incorporar pausas reales durante nuestras jornadas laborales o académicas, a lo largo del año, seremos más eficientes y creativos y estaremos en un mejor estado emocional”.

Por otro lado, es de vital importancia exponerse progresivamente al “no hacer nada”, forzándonos a permanecer unos minutos al día sin estímulos (sin usar el teléfono móvil, sin realizar tareas...) y observar nuestras sensaciones corporales, pensamientos, emociones como la culpa o la incomodidad, según Caudet.

“Debemos aumentar paulatinamente la duración de estos períodos diarios de prueba en que ‘no hacemos nada’, para poder, poco a poco, tolerar mejor las sensaciones desagradables que puedan provocarnos”, sugiere.
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE EFE