Estas declaraciones las realizó tras cumplirse 7 años del intento de magnicidio en su contra, una clara expresión de la derecha extremista que ocasionó una grieta en la estabilidad social, política y económica de la nación y, por ende, una confrontación geopolítica contra el imperio y representantes de ellos en Venezuela.
Durante su programa semanal "Con Maduro+", edición número 87, el Jefe de Estado expresó: "Tenemos la obligación de construir un país estable, la oposición tiene su forma de expresión, su público y su gente”, dijo, no sin antes precisar que, por momentos, la agenda de la oposición ha sido copada por sectores extremistas, marcando momentos clave de la historia.
En tal sentido, mencionó por ejemplo la participación de la derecha fascista en el golpe de Estado del 11 de abril, en las guarimbas de los años 2014 y 2017, y, por decisión de los Estados Unidos (EE.UU.) desde 2019 hasta nuestros días, en acciones “al margen de la Constitución y eminentemente golpistas, intervencionistas y corruptos”.
Asimismo el Ejecutivo hizo referencia al poder paralelo de Juan Guaidó como un "experimento de intervencionismo para ocupar militarmente a Venezuela y justificar la guerra económica. Nadie olvide a Juan Guaidó, prohibido olvidar". Asimismo, comparó a Guaidó con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, a quienes describió como "agentes de los gringos para hacer daño y ocupar los países".