Si bien no tienden a dejar trenes persistentes —resplandor que a veces deja un meteorito después de que su rastro se haya desvanecido—, pueden producir ocasionalmente un excepcional brillo, conocido en astronomía como 'bolas de fuego'.
¿Fáciles o difíciles de ver?
Esta lluvia se observa mejor en el hemisferio norte durante las horas oscuras, es decir, entre la medianoche y antes del amanecer. No se requiere equipo especial y los meteoritos se verán más brillantes en las noches sin nubes y en luna menguante.
Infortunadamente, en esta ocasión el fenómeno coincidirá con que la Luna estará cerca del pico de su plenilunio (96 %), cuando alcanza su mayor brillantez. Esta condición hará que el cielo esté más luminoso y que las estrellas fugaces de las líridas sean complicadas de detectar y no puedan revelar su espectacularidad. Por este motivo, el mejor momento para verlas será justo antes del amanecer del próximo lunes, cuando la luna esté en su punto más bajo.
La lluvia de meteoritos de las líridas es una de las más antiguas conocidas y se produce cada año, cuando la Tierra se acerca a la zona de desechos dejados por el cometa Thatcher (C/1861 G1), que se queman al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. Su nombre proviene del hecho de que el punto en el cielo del que parecen provenir las líridas está cerca de la constelación de Lyra.