La moda y la demagogia: El encanto al odio como un político
Hay un talento emergente que tiene como único capital el conocimiento y las ganas de liderar
Espectáculos.- “¡Querido pueblo! mi promesa electoral va dirigida al apoyo de la educación con calidad, trabajos justos y un sector salud de primer mundo, hay que apoyarnos como país para resucitar lo nuestro y que el mundo envidie lo que somos” sé que eso lo has escuchado y hasta vivido, promesas que no se cumplen y que solo endulzan el oido con un efecto placebo de la felicidad, como de aquel hombre que promete cielo y tierra pero no llega ni a un caramelo, como aquel político que promete elevar los salarios y termina en el efecto contrario, pues en la moda no es distinta ni ajena esta situación, unos cuantos saben que viven de la ingenuidad del menos conocido, del apellido menos rimbombante, del sueño más cercano a la realidad.
Aunque me gusta conocer y hablar sobre la moda desde una perspectiva general gracias a la conducta humana y social, no puedo dejar de lado a Venezuela, característicamente nos encontramos en una situación donde la moda sigue renaciendo y surgiendo, grandes marcas de generaciones se mantienen hoy día igual de exitosas que la primera vez y otras marcas gracias al auge de las redes sociales y del “fomo” de no tener sus productos, se han vuelto rentables en los últimos años.
Para nadie es un secreto que hay un talento emergente que tiene como único capital el conocimiento y las ganas de liderar, naturalmente buscarán a esas marcas o seres ejemplares que gritan al mundo y vociferan de ser los primeros en abrirles las puertas a quienes crean en el país, que dicen estar conscientes de que todo trabajo conlleva un tiempo y una remuneración y que por supuesto, hay que unirse para hacer país, pero ¿Qué pasa cuando toca la puerta un joven sin recursos económicos suficientes? ¿Es más manipulable y posible de plagiar el trabajo de un “Perez” o un “Gonzales"? ¿Por qué algunas marcas y personajes de la industria llenan su boca ante el público con palabras vacías y promesas irreales? ¿No es mejor seguir llenandolas de whisky y vino? Hablo del tema con mucha propiedad porque soy parte del porcentaje que ha acudido a otros para hacer más grandes sus proyectos, se me ha dicho frente a cientas de personas que envíe una idea para colaborar (Por supuesto no le van a pagar a alguien que no tiene influencias) para luego de ser enviada, no tener respuesta y luego ver el uso de mi idea en puntos parecidos al concepto. Plataformas que gritan a los 4 vientos que los colaboradores de moda en venezuela son de gran importancia y que gracias a ellos somos lo que somos, para luego no recordar el nombre de quien contribuye sin pago a otro proyecto y solo alzar la mirada para ver con desprecio.
Dicen por ahí que perro que ladra no muerde, aunque no todos ladramos, es seguro que vamos por ese hueso que hacemos llamar “éxito” pero que tristemente puede saborear algunos, no porque no sean profesionales, sino porque no cuentan con esas armas de influencias y contactos. Una marca y líder sabe quien puede causarles daño en cuanto a reputación si una idea es plagiada, si un pago no es hecho o si un simple mensaje de whatsapp no es contestado. Señores, estamos ante la mayor propaganda que busca volverse popular, pero que pierde su esencia cuando los likes y seguidores hablan más que la originalidad y la moralidad, así como nos sorprende ver falsas promesas políticas en la televisión, también nos sorprende una industria de la moda donde el más afortunado (NO APLICA PARA TODOS) es quien se llama más bonito, quien más tiene sellos en el pasaporte, quien también apoya la apropiación de lo ajeno.
Y como hace poco me dijeron “Hay quien gana indulgencias con escapularios ajenos”. Recuerde votar por el candidato favorito, sin olvidar que usted es minoría.