En el año 1982 el Comité Internacional de Danza, que además formaba parte del Comité de Teatro, solicitó ante la ONU la aprobación del 29 de abril como Día Internacional de la Danza, en conmemoración del natalicio de Jean-Georges Noverre, un bailarín francés que nació en 1727 y dejó un importante legado de coreografías y teorías en el mundo del ballet.

Pero ¿a qué se le puede llamar danza? La danza es el movimiento corporal sincronizado con sonidos rítmicos y acústicos, con un fin cultural, comunicativo, de entretenimiento o incluso religioso. Desde la época primitiva, las civilizaciones danzaban para alcanzar un nivel de conciencia y poder comunicarse con sus dioses, también danzaban para agradecerles e incluso danzaban para provocar la lluvia en épocas de sequía y así asegurar el éxito de las cosechas, entre otros rituales.

Con el tiempo, el nacimiento de nuevas civilizaciones, culturas y contextos históricos, la danza fue evolucionando hasta lo que conocemos hoy en día; una diversidad de estilo y géneros, desde los más técnicos, hasta los más cotidianos. Entre los más destacados se encuentra la danza folklórica, arraigada a una sociedad y cultura específica, donde los pasos, la música y hasta la vestimenta tiene un trasfondo histórico. Un ejemplo de ello es el flamenco, el tango, la danza árabe y el joropo venezolano.

 
Por otro lado, la danza clásica corresponde a un estilo más técnico, coordinado y que requiere una mayor preparación física. La danza clásica nació en Europa en la época medieval y hace referencia al ballet y a la danza contemporánea. En cambio, la danza moderna es un estilo que responde a nuevas generaciones y refleja una identidad social, como el baile comercial, el breakdance, el funky y el hip hop.

La danza como expresión cultural y artística, nació en el reinado de Luis XIV en Europa, y era conocida como danza cortesana. Esta danza fue la primera presentada es una escenografía y siguiendo una serie de pasos que hoy conocemos como coreografía. Se trataba de una danza que hacían los campesinos en homenaje al rey o para amenizar las fiestas que este ofrecía.

 
Al percatarse de la receptividad de estas danzas, el rey decidió formalizarla para llevarla a la danza académica. Actualmente esto es lo que conocemos como danza clásica, o ballet clásico.

La danza folclórica venezolana, conocida como nacionalista nació en 1959, aunque se dio a conocer en 1962, cuando la primera bailarina de danzas nacionalistas Yolanda Moreno asumió la dirección de Danzas Venezuela.

 
Su intención era crear una identidad y lenguaje propio inspirado en las costumbres folclóricas de Venezuela.

 
Sin embargo, desde 1700 Venezuela estaba creando sus propios bailes folclóricos. Durante la época de la colonia, los campesinos se referían como “joropo” a las celebraciones con música y mucho baile, en lugar de “fandango”, término español de la época.

 
El joropo adoptó muchas similitudes de la influencia europea, sin embargo su baile es muy único y particular y puede varias según sea la zona donde se disfrute.

 
Las principales figuras del joropo son el valsiao, el escobillao y el zapatiao, estos pasos reflejan la cultura recia del llano venezolano.

 
Parte de la diversidad que te ofrece Venezuela no solo se encuentra en sus paisajes, sino en su cultura, pues cada lugar que es visitado tiene su propia identidad y forma de expresar. La costa tiene sus tambores heredados de los descendientes africanos que hicieron vida y eventualmente se asentaron en la costa, el centro del país tiene sus sutiles vals y el llano ofrece una variedad de danzas que hablan de tradición, historias, cultura y folclor. (Diana Reyes)