Grupo de adolescentes venezolanos gana concurso juvenil de robótica en Suiza
Uno de los equipos llegó con experiencia previa en arenas internacionales, tras haber estado en los mundiales de Turquía y Panamá
Tecnología.- Dos equipos de adolescentes venezolanos participaron en la etapa final del concurso juvenil de robótica, celebrado en Suiza en el marco de la "Cumbre de la Inteligencia Artificial para el Bien Común". Uno de ellos, el grupo de "Spartans", logró obtener el primer puesto en la categoría junior.
Se conoció que en la primera fase de la mencionada competencia ambos equipos tuvieron que destacar entre siete mil 500 jóvenes de diferentes países entre los cuales solo 120 (la gran mayoría de África), consiguieron una invitación para concurrir a la fase definitiva del concurso, organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, una agencia de Naciones Unidas especializada en tecnología.
La representación del colegio Guayamurí, en isla Margarita, los "Spartans" llegaron con experiencia previa en arenas internacionales, tras haber estado en los mundiales de robótica de Turquía y Panamá.
El interés mutuo de los competidores del referente grupo por los lenguajes de programación y el ensamblaje, lo demostraron jugando con piezas de lego siendo más pequeños, indicó Manuel Hakencie un integrante del equipo.
Su próximo objetivo internacional es lograr un cupo para las próximas Olimpiadas de Robótica en Singapur, a donde también desean llevar la bandera de Venezuela.
El segundo equipo venezolano, procedente de la localidad de Lechería, estado de Anzoátegui, llegó a las finales del concurso en Suiza, en el cual el desafío consistía en construir prototipos de robots capaces de intervenir en situaciones de desastres naturales.
Su misión era llegar a la zona de los daños, identificar de forma autónoma a los refugiados y heridos para trasladar a los primeros a albergues y a los segundos hasta áreas de atención médica, sin confundir a unos con otros.
Ashley Brazón, de 18 años y única mujer en los equipos venezolanos llegados a Ginebra, recordó que cuando empezó a familiarizarse con la robótica, teniendo 15 ninguna de sus amigas quiso seguirla, pero eso no le importó porque sentía una verdadera pasión por esta disciplina científica.