Carabobo
Nuestra Gente: Chepa Rodríguez la historia viva de la evolución de la comunicación
Sus manos, oídos y destrezas sirvieron para comunicar por décadas los mensajes que se transmitían a través del telégrafo
25 de abril de 2024
Bejuma.- Josefina Rodríguez de Romero, conocida por todos como Chepa, es la historia viva de la evolución de la comunicación. Y es que sus manos, oídos y destrezas sirvieron para comunicar por décadas los mensajes que se transmitían a través del telégrafo.

Buenamoza, lúcida, con unos cabellos pintados de un color uva, a días de cumplir sus 97 años, Chepa esperaba en su acogedora casa en Canoabo al equipo de Notitarde, para rememorar sus años dorados.

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Nacida en Trinchera, de raíces chirgueñas, Chepa desde muy niña sintió atracción para el entonces novedoso medio de comunicación. Contó que su padre trabajó instalando los postes del telégrafo. Este medio forma parte de su historia familiar, pues a través de él conoció a su esposo, también telegrafista y posteriormente quien fue su yerno.

Aún conserva intacta muchas anécdotas de su época como telegrafista, como el día que llegó la noticia de la caída de Pérez Jiménez o cuando le tocaba acompañar de madrugada al que entregaba las notificaciones, “él les tenía miedo a los espantos”, recordó.

Se adaptó a la nueva era de la comunicación 

La evolución de los medios de comunicación no supuso un problema para esta mujer, quien pasó de escribir en Morse a mandar mensajes de texto. Juega dominó, cartas y confesó que de vez en cuando también se echa sus traguitos, pero sin duda alguna el amor de sus hijos, nietos y amigos, le inyecta vida.

Aunque su vida ha tenido momentos duros, como la muerte de su esposo y de su hija, Chepa mantiene un espíritu alegre y de mucha paz, “no le hago mal a nadie”, dijo es su clave para vivir en bienestar.
 
Chepa atribuye su buena memoria a que siempre leyó mucho. Resaltó que escribir en Morse no es nada fácil, pero con dedicación en tres meses logró aprehender no sólo a recibir, sino a transmitir a través del telégrafo.

Pero además siempre fue una mujer valiente y recta, y recordó las veces que la entonces la Seguridad Nacional llegó a donde trabajaba para exigir mostrara un telegrama, “eso era confidencial solo lo podía leer quien lo iba a recibir, eso moría con nosotros, así que nos negamos”, exclamó con el orgullo de alguien que respeta su trabajo.

También relató que en unas elecciones renuente a darle su voto Pérez Jiménez, pese a trabajar en una entidad del Estado, rompió la tarjeta de electoral del dictador y le dio su voto al partido de Jóvito Villalba “uno de sus funcionarios me vio yo le negué hasta el final que había roto la tarjeta, sentí miedo, si me llevaba detenida sabía que me iban a matar”, afortunadamente un militar de alto rango le salvó la vida y obligó a su subalterno dejarla irse tranquila. 
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VÍA Paula Bauer
FUENTE Editoría de Notitarde