- Primero empezamos con preparar la mezcla para marinar la pechuga. Se añade en un bol el aceite de oliva o el de vuestra preferencia, el vino blanco o rosado, el pimentón dulce, la cúrcuma en polvo, el orégano y la albahaca, piienta molida, los dos dientes de ajo picados finamente y la cucharadita de sal.
- Si prefieren más salada la pechuga se le puede añadir más sal. Se mezclan bien todos los ingredientes y se sigue con la pechuga de pollo. Se corta en dos partes y luego a cada trozo de pechuga se le hace unos cortes profundos por la parte ancha dejando un espacio de 2 cm aproximadamente.
- El corte se va hacer con cuidado para no llegar hasta abajo y no cortar de todo la pechuga. Va a quedar con una especie de bolsillos. Se hace lo mismo con la segunda parte de la pechuga. Luego se colocan en un recipiente y se empapan bien con la mezcla que se hizo antes.
- Se introduce bien entre los cortes para que coja bien de sabor. Se tapa el recipiente y se lleva al frigorífico para una hora por lo menos. Podéis dejarla más horas. Cuanto más tiempo la dejamos a marinar más sabrosa estará. Mientras se va a cortar los tomates en rodajas con un grosor de medio centímetro más o menos.
- También se corta el queso con el mismo grosor y con un ancho de 2 cm aproximadamente. Luego se saca del frigorífico y se coloca en una bandeja apta para el horno. Por cierto, el horno se precalienta a 200ºC o 392ºF con calor arriba y abajo.
- Una vez colocada la pechuga en la bandeja se le va a poner en cada uno de los cortes un trozo de queso. Luego detrás de cada trozo de queso se coloca una rodaja de tomate. Las rodajas que sobran se van a colocar en la bandeja alrededor o entre las dos pechugas.
- Por encima se le echa el resto de la salsa donde se ha marinado la pechuga. Se lleva la bandeja al horno para 20-25 minutos aproximadamente. Luego se saca y se le echa por encima una buena capa de queso mozarella rallado especial para gratinar.
- Se pone la bandeja otra vez al horno para gratinar la pechuga. Unos 10 minutos más o menos. Una vez que el queso está bien fundido se saca la pechuga del horno, se le echa un poco de albahaca fresca picada por encima y lista para disfrutarla.
Yo la he acompañado con unas rodajas de calabacín a la plancha pero se puede acompañar con arroz o con otro tipo de verduras salteadas. La pechuga cocinada de esta manera resulta muy jugosa, con un sabor y aroma espectaculares.