Crónica Criminal del Pasado: La Muerte de Renny Ottolina
El presentador es quizás el valenciano más popular de todos los tiempos
Sucesos.- Renny Ottolina es quizás el valenciano más popular de todos los tiempos. Nacido en una familia de clase media, se le recuerda como monaguillo en el Colegio Don Bosco y como empleado de un pariente suyo en una mueblería.
No tuvo mayor formación académica y trabajó desde muy joven mudándose a Caracas donde desde muy temprano entró en el medio de la farándula donde se posicionó rápidamente como el mejor locutor del país, siendo la imagen de poderosas empresas de cigarrillos como Vicerroy y de licores, entre otras, lo que le permitió viajar al extranjero a conocer las más modernas técnicas de ratio y tv y aprender mas sobre el medio. Tuvo por mucho tiempo programas en la televisión, primero en Venevisión y luego en RCTV, programas musicales y de opinión y el gobierno nacional lo contrató para una campaña de concientización en materia de tránsito que fue un éxito. Ya con una holgada posición económica, se retiró y luego de un tiempo decidió incursionar en la política. A finales de los 70s fundó un movimiento (a él no le gustaba llamarlo partido) el MIN o Movimiento de Integridad Nacional.
Era un duro crítico del sistema partidista y del gobierno, que le ocasionó le impidieran con artilugios legales o técnicos mantener al aire un programa de radio, por Radio Latina en Valencia trató de transmitir, pero fue algo muy cuesta arriba.
El único acto político público que recordamos haya hecho en Valencia fue en el estacionamiento del antiguo Cine El Viñedo, al lado de la Iglesia, poco antes de su desaparición. Pocos días después del acto en nuestra ciudad, en sus actividades políticas el 16 de marzo de 1978 aborda una avioneta Cesna 310 matricula VY-1019 PP, desde el Aeropuerto de Maiquetía, acompañado de su segundo al mando, el periodista Ciro Medina y otros miembros de su comando (Luis Duque y César Oropeza) rumbo a Porlamar, donde habían sido invitados por la Asociación de Industriales de Nueva Esparta. Eran algo más de las 6 pm y empezaba a oscurecer. Esa fue la última vez que los vieron con vida: la avioneta no llegó a Margarita, estaba desaparecida.
Cinco días después, luego de una ardua búsqueda por mar y tierra, se localizaron los restos del aeroplano en una intrincada zona montañosa de Caraballeda-Taguanarena. Todos los ocupantes perecieron en el acto al momento de caer la avioneta tripulada por Carlos Olavarría.
Al conocerse el fatal desenlace comenzaron las hipótesis sobre lo que había pasado. Se sabía que el piloto Olavarría no era un experto, sino que tenía poco tiempo volando, a diferencia de Renny que si era un veterano pilotando.
Causó mucha extrañeza que la ruta tomada por el avión, no era la más indicada y que el piloto no avisó su rumbo a la torre de control. Algunos dijeron que por el mal tiempo pensaron regresar y el inexperto piloto perdió el rumbo o el control y chocó contra la montaña a más de cien kilómetros por hora, lo que explica la total desintegración de nave y ocupantes, aunque no hubo incendio alguno.
A medida que pasaba el tiempo aparecían las hipótesis más atrevidas: que si le pusieron una bomba, que si dañaron el motor de la nave, que si el combustible fue adulterado para provocar el fallo, que si metieron una droga en la nave que los durmió en pleno vuelo, etc.
El primo del piloto, el periodista Jorge Olavarría, llegó a decir que quien iba a viajar en esa avioneta no era Renny, sino él y que todo era un atentado en su contra por sus críticas al gobierno.
Finalmente le causó mucha extrañeza a la prensa que los restos del aparato siniestrado no fueron extraídos del lugar del accidente, sino que los dejaron en la montaña.
