Los científicos analizaron los datos de nueve ciclos consecutivos de la Encuesta Nacional del Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos entre 1999 y 2018, vinculados a los Datos Nacionales de Mortalidad e Índice de Defunciones. El estudio incluyó una muestra representativa de 46.000 adultos de 20 años y más.
El consumo de café se dividió en diversos tipos: con o sin cafeína, con o sin azúcar ni grasas saturadas. Los resultados referidos a la mortalidad incluyeron cáncer y enfermedades cardiovasculares.
El bajo contenido de azúcar añadido (azúcar granulado, miel y jarabe) se definió como inferior al 5 % del valor diario, que es de 2,5 gramos por taza de 237 ml, aproximadamente media cucharadita de azúcar.
La grasa baja saturada (leche, crema o la combinación de ambas) se definió como el 5 % del valor diario, que sería 1 g por taza de 240 ml o el equivalente a cinco cucharadas con leche al 2 %, lo mismo que una cucharada de crema ligera o una cucharada de mitad y mitad.
El consumo de al menos una taza al día se asoció con un 16 % menos de riesgo de mortalidad por cualquier causa. Mientras que la ingesta de dos o tres tazas al día aumentó la relación al 17 %.
Beber más de tres tazas al día no se vinculó con reducciones adicionales, aunque la relación entre el café y un menor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares se debilitó cuando el consumo superó las tres tazas al día.
"El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo […] es importante saber qué podría significar para la salud", afirmó Fang Fang Zhang, autora principal del estudio y profesora en la Universidad de Tufts.
No obstante, los datos recabados son meramente observacionales y están sujetos a errores de medición, debido a las variaciones diarias en la dieta de los participantes.