Durante una reunión en la Casa Blanca, Trump afirmó que cualquier país que produzca o envíe cocaína hacia Estados Unidos “está expuesto a ataques”, señalando directamente a Colombia como posible objetivo. También insistió en que los operativos militares, hasta ahora centrados en el Caribe, podrían trasladarse “muy pronto” a Venezuela y Colombia.
Sin mencionar cooperación diplomática o autorización del Gobierno colombiano, Trump aseguró que en el país existen “fábricas enteras de cocaína”, cuyos responsables serían, según su postura, objetivos legítimos de la ofensiva militar estadounidense.
¿Cómo respondió Gustavo Petro a las afirmaciones de Trump?
El presidente colombiano reaccionó de inmediato a través de su cuenta oficial en X. En un mensaje público, defendió los esfuerzos del país en la lucha contra el narcotráfico e invitó a Trump a presenciar de primera mano el alcance operativo de las fuerzas colombianas.
“Venga señor Trump a Colombia, lo invito para que participe en la destrucción de los 9 laboratorios diarios que hacemos para que no llegue cocaína a EE. UU. Sin misiles he destruido en mi gobierno 18.400 laboratorios, venga conmigo y le enseño como se destruyen, un laboratorio cada 40 minutos, pero no amenace nuestra soberanía, porque despertará el Jaguar. Atacar nuestra soberanía es declarar la guerra, no dañe dos siglos de relaciones diplomáticas", manifestó.
Petro precisó que durante su administración han sido destruidos 18 mil 400 laboratorios vinculados al narcotráfico, equivalente a un laboratorio cada 40 minutos, lo que refuerza la tesis de que Colombia ha sido una de las principales barreras de contención en la producción de cocaína hacia Estados Unidos.
La declaración más contundente de Petro se refirió a la necesidad de proteger la soberanía de Colombia frente a cualquier incursión militar extranjera. El mandatario insistió en que Colombia ha sido históricamente aliada de Estados Unidos en la lucha antidrogas, y que ataques o amenazas de carácter militar solo abren la puerta a una ruptura en las relaciones bilaterales.
La postura del Gobierno colombiano se da en un momento donde el Derecho Internacional prohíbe explícitamente el uso de la fuerza militar en territorio extranjero sin autorización del Estado receptor o sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. Una intervención armada sin dicha autorización violaría la Carta de las Naciones Unidas y el principio de no intervención, pilares fundamentales del orden jurídico internacional.