Desde la Casa Amarilla, en el centro de Caracas, el jefe de la diplomacia venezolana detalló que el buque pesquero Carmen Rosa, con nueve pescadores a bordo, fue abordado de forma ilegal y hostil por el destructor estadounidense USS Jason Dunham (DDG-109), mientras operaba en aguas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
Por tal motivo, catalogó el hecho como una "grotesca y desmedida provocación". Además, agregó que el destructor estadounidense estaba equipado con misiles de crucero, y desplegó 18 efectivos armados que abordaron la embarcación durante al menos ocho horas, impidiendo así la comunicación de los pescadores y paralizando sus labores.
En este sentido, mencionó que "Quienes dan la orden de hacer esas provocaciones están a la búsqueda de un incidente que justifique una escalada bélica en el Caribe, con el objeto de insistir en su política, fracasada y rechazada por el propio pueblo de los EE.UU., de cambio de régimen. Colocando sus soldados y oficiales como carne de cañón y exponiendo sus vidas una vez más, repiten la historia de otros acontecimientos que generaron guerras eternas como la de Vietnam".
Por lo cual, este hecho refleja la conducta bochornosa de sectores políticos de los Estados Unidos al comprometer recursos militares de altísimo costo y soldados entrenados como instrumentos para fabricar pretextos de aventuras bélicas, atentando también contra su propio prestigio y honor militar.