Opinión
Julie de Romero: El legado familiar
Se refiere al conjunto de valores, historias, tradiciones, bienes, materiales y no materiales, que una familia transmite de generación en generación
26 de noviembre de 2025
Opinión.- ¿Qué es el legado familiar? Se refiere al conjunto de valores, historias, tradiciones, bienes, materiales y no materiales, que una familia transmite de generación en generación, conformando su identidad y continuidad.

Un legado involucra la herencia tangible, bienes materiales, educación, desarrollo artístico, pero también una intangible que se refiere a los valores, principios morales y espirituales que se trasmiten a la siguiente generación. Muchos se preocupan por lo primero y descuidan lo segundo, porque quizás no son tan vistosos, pero estos se constituyen en la base sobre lo cual se sustenta todo lo demás.

La Biblia nos dice en el Salmo 127:1 “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican”, y también nos advierte en el libro de Mateo 7:24-25: “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca”. 

En ambos textos se resalta el inmenso valor de esos fundamentos intangibles, inmateriales, para edificar nuestras familias y que estas permanezcan en el tiempo, con la capacidad de atravesar toda tormenta, dejando un legado de fe, fortaleza, fidelidad, verdad y justicia a las siguientes generaciones, una marca imborrable en el tiempo.

Te planteo las siguientes interrogantes reflexivas. ¿Qué legado quieres dejar para las siguientes generaciones? ¿Estás construyendo sólidamente sobre principios que dignifican, les agregan valor a tus hijos y a los que te rodean? ¿Crees que estos valores espirituales y morales son necesarios en este tiempo, o son inútiles en esta cultura? ¿Qué legado heredaste de tus antepasados que te han sido de provecho y cuáles has decido construir a partir de ti para tu linaje?

Si queremos que nuestro legado incluya tener familias fuertes, sólidas, debemos ser intencionales en todo lo que hacemos, porque modelamos desde el ejemplo. Somos maestros de nuestros hijos a tiempo completo. Ellos conocerán si somos coherentes con lo que decimos y hacemos. Sabrán cuán sólidos son los principios que profesamos. Por ejemplo: el cómo se enfrentan los conflictos, quiénes son los que nos rodean, cómo es la conexión con el dinero y el poder, cómo es la calidad del servicio para tu familia y para todos, cómo se actúa con los que están a nuestro alrededor, los desconocidos, los empleados, cuán compasivo, amable, respetuoso, se es con las personas, con las leyes, cuánta autenticidad y verdad se manifiesta. 

Por lo tanto, el desafío es grande y requiere invertir en crecimiento personal y espiritual para dejar un legado intangible, sólido y fuerte para las siguientes generaciones.

Segundo: debemos dejar huellas, marcas, señales, que guíen a las siguientes generaciones cuando ya no se esté con ellos. Se corre el riesgo de que cuando los hijos disfruten de la comodidad y el bienestar se olviden de ese legado de esfuerzo, trabajo y sacrificio de sus padres y abuelos. Esto fue lo que hizo Dios cuando Israel entró en la tierra prometida. 

Les dio la tarea de construir un altar de doce piedras, una por cada tribu, para que cuando los hijos pregunten ¿qué significan esas piedras?, se les diga, son piedras tomadas del río Jordán cuando sus antepasados lo atravesaron a pie, porque Dios lo abrió para que pasaran a esta tierra que nos entregó, y Josué 4:7 culmina con esta frase: “Estas piedras sirven para que los israelitas recuerden siempre lo que pasó aquí”. Asimismo, debemos hacer, la historia familiar debe ser registrada, visible, cercana, para que siga hablando e inspirando. Debemos hablarla, contarla a nuestros hijos, las fotografías familiares, aquellos elementos que los liguen a una herencia de fe y principios incorruptibles, deben ser preservados; por ejemplo, la máquina con la que se empezó el negocio familiar u otros elementos que reflejen esos valores que deseamos preservar.

Tercero: para construir un legado familiar sólido también debemos dejar herramientas útiles para nuestras generaciones. Invertir en su preparación académica, en sus dones y talentos, ayudarlos a crecer, facilitándoles elementos que necesiten para emprender en el futuro, el entrenamiento y la capacitación necesaria en cada área. Cada generación tiene sus propios desafíos; debemos ser impulsadores, no de tropiezo. Si hemos edificado correctamente, todo lo que dejemos en sus manos se va a dimensionar.

Por último, Dios quiere imprimir su sello en nuestras familias. Cada familia de la tierra es una idea y un proyecto de Dios, Él es el gran arquitecto, y nosotros sus edificadores. Empieza hoy mismo a construir una familia que tenga a Dios como su fundamento, aunque sea algo nuevo, estás escogiendo el diseño perfecto. ¿Estás listo?

Ap. Julie de Romero.
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia.
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@ccn.valencia
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Julie de Romero