Opinión
Cita con la historia: 1958: La historia de “Pescuezo no retoña”
Pérez Jiménez había sido sensato, se fue, evitó mayores derramamientos de sangre y salvó su vida
26 de septiembre de 2025
Opinión.- Algunas personas, sobre todo jóvenes, me han preguntado de dónde viene esa frase “pescuezo no retoña”. Veamos la historia: Noche del 22 de enero de 1958. La situación es tensa… los hombres tratan de relajarse jugando dominó. Son Mario Matute Bravo, jefe de protocolo de Miraflores, quien contó en 2002 estos detalles a nuestro amigo el historiador Helly Angel, el Dr. Raúl Soulés Baldó, secretario de la presidencia de la República, Luis Felipe Llovera Páez, ministro del Interior y Marcos Pérez Jiménez, el dictador. 

Cada cierto tiempo llega algún oficial informando sobre las manifestaciones o los movimientos en los alzados. Aparece un oficial superior y se dirige a Pérez Jiménez y le dice que su unidad está dispuesta a combatir y aplastar a los rebeldes; que si es necesario ametrallar a los cadetes lo harán. Pérez Jiménez se levanta de la mesa. Se le nota angustiado.

- Esperemos a los acontecimientos, dice sin dirigirse a nadie. Mira por la ventana, da unos pasos sin ir a ninguna parte.

En eso se levanta Llovera y le dice al dictador:

- Marcos ya estamos ricos… ¡pescuezo no retoña! y se pasa el dedo índice por el cuello… ¡esto no retoña! ¡Si nos cortan la cabeza lo perdemos todo!
Pérez, en silencio, medita unos minutos y de repente se dirige a Matute Bravo:

- Mario, llámeme a Flor (su esposa) que prepare a mi mamá y a las niñas, que ya le voy a enviar a un edecán para que arregle todo para que nos vayamos por mar.

Al cuarto de hora llega un edecán informando que una unidad de artillería, que había sido enviada para amedrentar a la marina que estaba sublevada en La Guaira, llegó nada más hasta el peaje, se había alzado también y apuntaba sus armas hacia Caracas.

Ahora tenemos la versión del mayor José Cova Rey, piloto presidencial:

Pérez decide entonces irse en avión. Su idea original era irse en uno de Aeropostal, pero Llovera lo hizo desistir de esa idea porque los golpistas no permitirían que se trasladara ese avión desde Maiquetía hasta La Carlota. 

Entonces deciden utilizar a “La Vaca Sagrada”, el avión presidencial. La primera dama de la República, doña Flor, y sus niñas se encontraban en la embajada de Paraguay y es trasladada, por el jefe de la Casa Militar, el Cnel. Alberto Paoli, hasta La Carlota. Simultáneamente, llegaron de Miraflores el dictador, acompañado de sus colaboradores más cercanos: Llovera Páez, Fortunato Herrera, Soulés Baldó, Gutiérrez Alfaro y sus familiares, un total de unas veinte personas. 

Cova Rey, quien pilotaría el avión se encontró con que los oficiales que debían poner en condiciones de vuelo el avión presidencial se habían ido de su puesto. Entonces Cova chequea el avión y se da cuenta de que no tiene suficiente gasolina, por lo que sugiere a MPJ que utilizaran un avión más pequeño, un DC3, a lo que Pérez se niega ya que tendrían que dejar a la mitad de los acompañantes. Ante la situación se pide una cisterna de combustible, pero es incendiada por los exaltados en plena autopista. 

Más tarde se pide otra cisterna, que puede llegar a La Carlota fuertemente escoltada, hora y media después. A las tres y diez minutos de la madrugada todo está listo para salir, pero no hay copiloto: el oficial que debía cumplir esa función, se había ido. El mecánico que debía acompañar el vuelo, al ser requerido por el mayor Cova que suba en el avión, hace la “señal de costumbre” con los dedos y le dice “Miiii”, negándose a abordar. Aparece otro maestro técnico, Antonio Márquez Bello, que se incorpora a la tripulación. 

Finalmente despegan sin luces de balizaje, con la colaboración de algunos vehículos que alumbraron la pista con sus faros. Con el temor de ser atacados por las baterías antiaéreas del Ministerio de la Defensa o de los buques alzados frente a Maiquetía, tomaron rumbo a República Dominicana, a donde llegaron.

Pérez Jiménez había sido sensato, se fue, evitó mayores derramamientos de sangre y salvó su vida y la de los suyos.

@luishmedinac
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Luis Heraclio Medina C