Opinión
Arnaldo Rojas: EL COMERCIO DE LA ATENCIÓN
Buena Nueva
21 de junio de 2025
Una de las grandes paradojas de nuestra era digital es que a pesar de disponer de mayor cantidad de información estamos menos informados y cada vez somos menos atentos y analíticos, casi nos hacen perder la capacidad de pensar. ¿Cuál es la causa de este fenómeno? Algunos especialistas se están ocupando del tema.

Tim Wu es uno de ellos. Aparte de ser profesor de Derecho en la Universidad de Columbia, es especialista en telecomunicaciones y se ha convertido en uno de los más lúcidos analistas de los efectos que tiene la tecnología en nuestra sociedad. Entre sus aportes se cuenta haber acuñado el término “net neutrality” (neutralidad en red) un principio según el cual los proveedores de servicios de Internet y los gobiernos deberían regular los datos que se transmiten por la web para garantizar su “neutralidad”, es decir su imparcialidad y evitar la manipulación a favor de determinados intereses. Principio que, como todos sabemos, es violado constantemente.

En su libro más reciente “Comerciantes de la Atención”, Tim Wu hace una descripción reveladora y urgente de cómo la captura y venta de la atención humana se convirtió en la gran industria actual. Es decir, empresas y negocios que se dedican a captar la atención humana para vender anuncios o, más recientemente, para extraer datos que permitan manipular ideológica, política o económicamente a determinada audiencia. Nuestra atención se ha convertido en un mercancia muy apetecida en este mercado.

Muchos investigadores coinciden en que un diagnóstico general de la sociedad moderna muestra que todos tenemos déficit de atención, como consecuencia de la hiperestimulación a la que estamos sometidos. En casi todos los momentos de nuestras vidas, nos enfrentamos a un aluvión de mensajes, rumores, seducciones publicitarias, marcas, fake news (noticias falsas) y otras trampas para atraer nuestra atención. Nunca antes hubo tantos estímulos. Recibimos gran cantidad de información pero de menos calidad y esta hiperestimulación está atrofiando nuestra capacidad de discernir y filtrar lo que recibimos y terminamos desinformados. A esto también se le llama guerra cognitiva.

Tim Wu denuncia “el asedio implacable de nuestra conciencia ya que estos comerciantes de la atención mantienen una lucha permanente por entrar en nuestras cabezas”, incluso sus medios para invador nuestras mentes están cambiando nuestra propia naturaleza (cognitiva, social, política y de otro tipo) de formas inimaginables.

Es motivo de preocupación y merece reflexionar sobre esta relación entre la información (especialmente cuando es presentada en estímulos agresivos) y la atención. La información promovida por los comerciantes de la conciencia demanda nuestra atención y cuando somos precavidos y no se la damos, desarrollan técnicas sutiles y descaradas para pescarnos.

Hasta hace poco se creía que más información siempre era equivalente a un beneficio, pero hoy más que nunca tenemos que cambiar de punto de vista y tener más claro que existe mucha información chatarra que debemos saber filtrar y desechar para liberar espacio físico y mental. Para poder movernos con libertad en este mundo digital debemos aprender a cultivar y controlar nuestra atención, lo cual significa, en parte, renunciar al exceso de información y ser más selectivos y críticos con el material informativo que consumimos.

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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde