Agustín Albornoz S. : La idea es avanzar
Los problemas nos deberían obligar a ejercitar nuestra fe, ya que deberíamos disponernos a encararlos
Opinión.- La vida está conformada por ciclos. En líneas generales hay tiempos en que las cosas van bien y otros en que parece que todo va mal. Según las respuestas de la gente (las nuestras, las del libre albedrío de cada quien) al ciclo vigente, muchas veces dará la impresión de que el ciclo malo se hace más largo que el bueno. Aunque eso sucede dependiendo de en qué nos estamos enfocando en el momento. Si lo malo para mí es todo lo que no me guste o lo que no quiero que suceda, el ciclo malo nos va a parecer que dura más de la cuenta.
Hay muchas lecciones valiosas que ocurren solo en los tiempos malos, y si realmente estamos aprendiendo dichas lecciones, ya estos no serán tan malos. Una de estas, la más importante, es que si previamente hemos elegido creer en Dios, y hemos aceptado a Jesús en nuestra vida y le hemos abierto nuestro corazón, vamos a descubrir que Él es una existencia real y efectiva, que está muy atento a lo que nos sucede y que, si decidimos aprender a aferrarnos a Él e involucrarlo con mayor constancia en nuestra vida, Él va a poder mostrarnos que está más dispuesto a ayudarnos y a guiarnos de lo que nosotros estamos dispuestos a pedírselo.
Por otro lado los problemas nos deberían obligar a ejercitar nuestra fe, ya que deberíamos disponernos a encararlos, algo que dependerá de cada uno. Si lo hacemos y acudimos a Dios en busca de ayuda con fe auténtica y expectante, lucharemos haciendo nuestra parte, la que esté a nuestro alcance. De esta forma daremos ocasión a que Dios haga su parte, la que para nosotros es imposible.
Cabe aclarar que si bien esto nos puede recordar la vieja máxima que dice “ayúdate que Dios te ayudará”, en realidad en medio de esta situación descubriremos que una de las lecciones valiosas de los tiempos malos, es que el asunto va más allá de esa vieja máxima: que Dios ayuda a quienes ayudan a los demás. Y que en esos tiempos malos se abrirán muchas oportunidades de ayudar a los demás. De hecho, la idea no es que el ser humano se pase la vida solo cuidando de su propio bienestar, que es la tendencia natural, sino procurando prestar asistencia a los demás.
Todo esto es como una rueda que tiene que girar para avanzar. Un tiempo estamos abajo…si buscamos la ayuda y guía de Dios y luchamos, haremos algún progreso y subiremos. Si no hacemos nada (o solo nos quejamos), el ciclo se trunca y nos quedamos abajo, sin avanzar. Por tanto no tenemos que asociar los bajones con derrotas, sino más bien con ocasiones reales de avanzar, y de seguir adelante en nuestra travesía por la vida.
Por Agustín Albornoz S.