Rubén Limas: ¿Quién o quiénes son Judas?
"Un sector del país ha oscilado como un péndulo de una opinión a otra"
Opinión.- La política venezolana se ha convertido en un candelero permanente, de intoxicados odios y reyertas callejeras, las cuales expresan su violencia gramatical a través de las redes sociales. Todo el que se atreva a fijar una posición es “ametrallado” por los que se dicen defensores de la libertad de prensa y de los derechos humanos. Como si no fuese una violación a los DDHH, intentar desacreditar y enlodar, por el simple hecho de pensar distinto.
No hay sosiego, ni meditación por los intereses de la República - que a la par, son los intereses de todos los venezolanos- no hay tregua; la soberbia, la intriga y, el rencor recorren el alma de quienes a su vez se creen los “ungidos” y “únicos” de la pureza opositora. “El que esté libre de pecados....”
Nadie pareciera inmolarse en el altar del deber. Ser y no parecer. Acusaciones van y vienen sin detenerse a pensar en su terrible efecto sobre el ánimo de nuestro pueblo. Estimulan la desconfianza, la tristeza, la desilusión. Desmovilizan y paralizan el espíritu de lucha democrática.
¿Quiénes son los traidores? ¿Quiénes son los Judas? Los cuales han traicionado la esperanza de un pueblo.
¿Los que llamamos a votar en el 2020, entendiendo el valor del voto y la necesaria acción de romper con el abstencionismo y el “Intinerato lucrativo” de unos pocos? ¿O los que se lucraron en ese Interino momento? ¿O los oficialistas que han traicionado a todo un pueblo? Que hablan de “T” y “R”, las cuales nunca practicaron ¿Podríamos olvidar el daño que las expropiaciones, confiscaciones, atropello de todo tipo, corrupción, tráfico de influencias, presos políticos, cierren de canales de televisión y radio - algunos bien merecidos por conspirar contra la democracia - enajenación de la autonomía de todo tipo? Hablan de democracia participativa y protagónica. Y nos preguntamos: ¿Cuál?
Un sector del país ha oscilado como un péndulo de una opinión a otra. Ayer descalificaron a otro sector al llamarlos “Alacranes” por el solo hecho de llamar a votar. Hoy son defensores fanáticos del voto, aún a pesar de no haber cambiado las condiciones electorales.
Ese sector opositor de pureza lucrativa, no es capaz de buscar un acuerdo de unidad con el otro sector.
Pero al llamado oficialista (gobierno que según ellos, junto a la actual Asamblea Nacional son ilegítimos) salen corriendo a reunirse y acordar. Se regocijan por ser reconocidos por algunos gobiernos que no terminan de comprender la dinámica interna y por las Redes Sociales en la cual “ellos” invierten dinero.
Aquella máxima de que “el bien público ha de preceder el deseo privado” pareciera no alinearse con su conducta obstructiva siempre a la consolidación de la unidad como estrategia para derrotar a quienes llevan 25 años en el poder destruyendo.
El título de nuestro artículo no persigue señalar culpables, sino promover en estos días de reflexión, lo que ha tenido que pasar nuestro pueblo por culpa de los errores de todos. Se requiere exaltar los valores cristianos de humildad, amor y tolerancia, para hallar el camino a la reconciliación y la paz verdadera.
No queremos que más nadie por “30 monedas de plata” vuelva a traicionar la fe de un pueblo que hoy requiere de nuestros mayores esfuerzos para su desarrollo y prosperidad. Procuremos la unión y el entendimiento entre quienes creemos en un cambio.
A pesar de todo lo vivido, de todas las adversidades, aún estamos a tiempo de lograr una voltereta de cambios para el beneficio de las grandes mayorías de los venezolanos.
Y dejemos que sea nuestro pueblo, que señale a los Judas de la política en nuestro país. El 28 de julio todos a votar.