"Afortunadamente, la 'censura santa' no logra imponerse definitivamente, ya que, en 2016, “Crista” volvió a los altares de la Catedral San Juan El Divino de New York"
Opinión.- Se cumplen 40 años de la censura a la polémica, pero quizá necesaria exhibición de la escultura "Crista" de Edwina Sandys, la cual representa a Cristo como mujer, para provocar así una reflexión sobre el lugar que las mujeres ocupan no solo en el ideario cristiano de distintas denominaciones sino en la sociedad en general.
La ONU dedicó el decenio 1975-1985 al desarrollo e igualdad de la mujer, por tal motivo convocó a varias artistas del mundo a realizar obras inspiradas en esta celebración. La británica Edwina Sandys (nieta de Winston Churchill), que ya tenía una destacada trayectoria, se planteó hacer una versión mujer de Cristo, “porque nadie como las mujeres saben lo que es cargar con el dolor del mundo”, como ella misma declaró. Expuesta por primera vez en Londres en 1975, para aquel entonces nadie se escandalizó ni hubo mayores comentarios sobre la obra y su mensaje.
Hasta que, el Jueves Santo de 1984, la Catedral Anglicana de San Juan El Divino de Nueva York, decidió exhibirla. Entonces estalló el escándalo. El obispo Walter Dennis la calificó como “teológica e históricamente indefendible”. Otros prelados la condenaron por “blasfema, impactante e inapropiada”. A esto se sumó el malestar de muchos feligreses y la presión de algunos medios de comunicación. Después de once días en exhibición, la obra fue retirada. La artista terminó por montar la escultura en la parte trasera de su carro y, a partir de ese momento, se dedicó a llevarla por galerías y centros de arte donde su Crista fuera bien recibida.
Desde los frescos del siglo XV de Masaccio en la Capilla Brancacci hasta la Fuente de Marcel Duchamp, el arte más significativo se ha visto envuelto en algún tipo de controversia. La Crista de Edwina Sandys no es diferente. Una escultura de bronce que cuelga de una cruz suave y turbia, al principio no provoca sentimientos inusuales. Pero la calma que despiertan las imágenes cristianas tradicionales se ve rápidamente perturbada por la comprensión de que Cristo es, de hecho, Crista, una versión femenina del crucificado con mamas y que lleva su corona de espinas como una reina.
Afortunadamente, la “censura santa” no logra imponerse definitivamente, ya que, en 2016, “Crista” volvió a los altares de la Catedral San Juan El Divino de New York, gracias a los profundos cambios en la estructura de la Iglesia Episcopal, ahora en manos de una corriente más progresista. A tal punto que los correos y notas de rechazo son exhibidos en una caja de cristal al lado de la obra.
La escultura, aunque sigue siendo controversial, ahora puede ser reconocida por sus propios méritos como una obra de arte y una pieza devocional digna de un lugar en cualquier altar.
