La fuerza política rechazó categóricamente la justificación de la operación bajo el pretexto infundado de la lucha contra el narcotráfico, advirtió que se trata de una "maniobra que vulnera el derecho internacional" y que busca intimidar a un país soberano. El PCE afirmó que el objetivo final de la operación es controlar los inmensos recursos naturales del país y quebrar el proceso revolucionario bolivariano.
Asimismo, la organización comunista denunció la guerra cognitiva y el cerco mediático impulsados por Washington para deslegitimar al Gobierno de Nicolás Maduro y generar un clima que justifique el uso de la fuerza e imponga un cambio de gobierno.
El PCE hizo un llamado a los gobiernos y organismos multilaterales a "actuar con urgencia para frenar esta deriva bélica". El partido reafirmó su apoyo incondicional al pueblo venezolano, a su derecho a la defensa y a la construcción de su proyecto de justicia social, sentenciando que: "Venezuela no está sola".
La condena del Partido Comunista de España se suma a las voces del Sur Global y a la denuncia de Rusia sobre la escalada militar estadounidense. Esta postura refuerza la defensa de la soberanía venezolana y la oposición transnacional a la injerencia militar, subrayando que el objetivo real de Washington es el control de los recursos y el desmantelamiento de procesos de justicia social en América Latina.