El papa empezó diciendo: "Hoy están ante nosotros siete testigos, los nuevos santos y las nuevas santas, que con la gracia de Dios han mantenido encendida la lámpara de la fe. Más aún, han sido ellos mismos lámparas capaces de difundir la luz de Cristo".
"Estos fieles amigos de Cristo son mártires por su fe, como el obispo Ignacio Choukrallah Maloyan y el catequista Pedro To Rot. Son evangelizadores y misioneros como sor María Troncatti. También son carismáticas fundadoras, como sor Vicenta María Poloni y sor Carmen Rendiles Martínez. Son bienhechores de la humanidad con sus corazones encendidos de devoción, como Bartolo Longo y José Gregorio Hernández Cisneros", afirmó León XIV.
Y añadió: "Que su intercesión nos asista en las pruebas y su ejemplo nos inspire en la común vocación a la santidad". Luego, León XIV recordó la importancia de la oración, comparándola con la respiración que sostiene la vida del cuerpo.
"Quien no acoge la paz como un don, no sabrá dar la paz", advirtió.