Los primeros informes indicaron que el balance provisional de heridos ascendía a 25, entre los cuales se encontraban tres personas en estado grave y dos potencialmente graves.
Los equipos de emergencia desplegaron rápidamente un amplio operativo para atender la situación. Entre los heridos graves, uno fue trasladado al hospital Gregorio Marañón, otro permaneció intubado en el hospital 12 de Octubre y un tercero estaba a la espera de ser evacuado. El resto de los afectados presentaron lesiones de carácter leve.
La explosión causó destrozos significativos en la fachada del establecimiento afectado. En la zona, trabajaron 18 dotaciones de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, quienes contaron con el apoyo de una unidad canina que rastreó el edificio en busca de posibles atrapados. Además, la Sección de Apoyo Aéreo de la Policía Municipal utilizó drones para evaluar desde el aire los daños estructurales y descartar riesgos de derrumbe.
Los bomberos enfrentaron dificultades debido a la inestabilidad del edificio, lo que les obligó a desescombrar manualmente en lugar de utilizar maquinaria pesada. Aunque la hipótesis principal apuntaba a una fuga de gas como posible causa del estallido, los equipos continuaron con los trabajos de desescombro y análisis para confirmar el origen exacto de la deflagración.
A pesar del impacto del suceso, no se generó un incendio ni se detectó un peligro inminente de colapso del inmueble. Las unidades de Policía Nacional y Policía Municipal acordonaron el perímetro para mantener alejados a los vecinos mientras prosiguieron las labores de rescate y seguridad.