Muere a los 116 años la monja más longeva del mundo
La brasileña Inah Canabarro Lucas era reconocida como la decana de la humanidad, título que recae ahora en mujer inglesa de 115 años y 252 días de edad
Internacional.- La persona más anciana del mundo, la monja brasileña Inah Canabarro Lucas, falleció este miércoles 30 de abril a sus 116 años, anunció la Congregación de las Hermanas Teresianas con quienes residía en la ciudad de Porto Alegre, en el sur de Brasil.
Nacida el 8 de junio de 1908, Canabarro fue reconocida como la decana de la humanidad luego de la muerte en enero de la japonesa Tomiko Itooka, también de la misma edad. El título recae ahora en Ethel Caterham, una residente de la ciudad inglesa de Surrey, de 115 años y 252 días, según el grupo de investigación gerontológica de Estados Unidos (GRG) y LongeviQuest.
"En el día de hoy, que la resurrección abrace a la Hermana Inah Canabarro, damos gracias por la entrega y dedicación, pedimos que el Señor, Padre de bondad, la reciba y la acoja en su infinito amor", dijo en una nota la Congregación de las Hermanas Teresianas de Brasil.
Aunque su obituario citaba su nacimiento el 27 de mayo de 1908, "su fecha de nacimiento documentada según los regitros es 8 de junio de 1908", dijo en enero a la AFP el director de GRG, Robert Young.
Nacida en la ciudad de San Francisco de Asís, en el estado de Rio Grande do Sul (sur), su salud fue frágil durante la infancia, según su biografía en el sitio LongeviQuest.
A los 16 años la monja brasileña tuvo su iniciación religiosa en una escuela de las teresianas en Santana do Livramento, en la frontera con Uruguay, antes de vivir brevemente en Montevideo.
Fue ordenada monja a los 26 años y tuvo una larga carrera de servicio religioso como profesora y secretaria. Consultada sobre las razones de su longevidad, lo atribuyó a Dios. "Él es el secreto de la vida. Es el secreto de todo", dijo.
En 2018, con cerca de 110 años, recibió la bendición apostólica del papa Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años.
Inah Canabarro Lucas es la segunda monja más longeva de la historia, después de la francesa Lucile Randon, que vivió hasta los 118 años.