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Adiós al “Rey” de la moda italiana, Giorgio Armani: De la medicina a la costura
Fanáticos lo recordarán principalmente por reinventar el traje
5 de septiembre de 2025
Espectáculos.- Giorgio Armani, el afamado diseñador de moda italiano, murió este jueves a los 91 años en la ciudad de Milán, Italia, anunció la compañía que creó.

"Con profundo pesar, el Grupo Armani anuncia el fallecimiento de su creador, fundador e incansable impulsor: Giorgio Armani", declaró la casa de moda en un comunicado.


El diseñador presentaba problemas de salud desde hacía tiempo. En junio pasado, su condición lo forzó a abandonar, por primera vez en su carrera, los desfiles de la Semana de la Moda Masculina de Milán.

Armani era sinónimo de estilo y elegancia, y se lo considera el primer diseñador desde Coco Chanel que provocó un cambio duradero en la forma de vestir.

Nacido en la época de la preguerra, caracterizada por tradiciones y estilos rígidos, las creaciones de Armani contribuyeron a posibilitar la creciente fluidez social de la segunda mitad del siglo XX.

Se le recordará principalmente por reinventar el traje, feminizándolo para los hombres y popularizándolo para las mujeres.

Armani eliminó las restricciones y limitaciones de los estilos más rígidos que lo precedieron, haciendo que los hombres se sintieran sofisticados y las mujeres, empoderadas en el ámbito laboral. Se le ha llamado el "primer diseñador posmoderno", y en muchos sentidos, fue un revolucionario.

De hecho, el italiano no solo será recordado por sus diseños, sino también por su perspicacia para los negocios. No en vano creó un imperio que actualmente factura unos US$ 2.700 millones al año y que, además prendas de vestir, abarca sectores como la belleza, las fragancias, la música, el deporte e incluso la hostelería de lujo.



Su verdadera escuela

Armani nació en Piacenza, al norte de Italia, el 11 de julio de 1934, en el seno de una familia de clase media, pero sufrió las secuelas de la Segunda Guerra Mundial y padeció hambre.

De niño estuvo a punto de perder su vida al jugar con unos proyectiles de artillería sin explotar. Uno estalló y sufrió quemaduras graves, mientras que un amigo cercano murió.

"La guerra", diría más tarde, "me enseñó que no todo es glamuroso". De joven, Armani estuvo a la deriva. En 1956, comenzó la carrera de medicina, pero la abandonó a los tres años y se alistó en el Ejército, algo que también le duró poco.

Encontró trabajo como escaparatista en La Rinascente, unos grandes almacenes de Milán, donde ascendió rápidamente.

La mayoría de los diseñadores aprenden su oficio como aprendices de maestros consagrados o en las escuelas de moda, pero Armani se formó en el taller.

Aprendió qué telas les gustaban a los clientes e iba a las fábricas textiles a comprarlas. Se convirtió en un experto en tejidos y utilizó sus conocimientos para perfeccionar la sastrería.

Al poco tiempo Armani estaba trabajando para Nino Cerruti, un influyente diseñador de alta costura. En cuestión de meses, Cerruti le pidió reestructurar su empresa.

En la clase media de los años 1960 no podía permitirse la alta costura, pero anhelaba un estilo propio, elegante y distintivo.



Con su experiencia en tejidos, Armani ofreció una respuesta. Sus finas telas hicieron posible una línea de ropa masculina con cortes limpios y precisos que podían fabricarse a gran escala.

Su estilo distintivamente italiano comenzó a influir en la forma de vestir de la gente de moda.

En 1966, Armani conoció a Sergio Galeotti, un joven aprendiz de arquitecto. Galeotti pronto abandonó su carrera y comenzó a trabajar al lado de su amante.

Sus más grandes dolores

Pese a que casi toda su vida es conocida, entre la supervivencia a la Segunda Guerra Mundial y la pérdida de su gran amor, Sergio Galeotti, hay una historia de romance trágico que lo marcó a fuego desde su niñez.

En una entrevista que Armani ofreció al Corriere della Sera en 2024 (al cumplir 90 años), recordó algunos de sus momentos de dolor que lo fortalecieron para enfrentar los desafíos que tendría por delante. En esa charla habló de su primera novia, una vecina que vivía en el mismo barrio de su ciudad natal, Piacenza, quien tenía ocho años y murió de una forma repentina.

“Wanda vivía a tres cuadras de mi casa y era una niña de aspecto exótico, con una tez ligeramente étnica: cabello lacio, con raya al medio, un poco como las chicas de hoy en día. Se convirtió en mi novia. Murió aplastada por un camión. Pasó un camión, cruzó la calle y no se dio cuenta de que había otro camión detrás, que la impactó aquí, en el cerebelo”, describió con crudeza aquella vez.

Armani dejó en claro en ese diálogo cuánto lo atravesó el hecho, en un contexto de posguerra, donde los desafíos de la sociedad de ese entonces se basaban en olvidar el horror de los ataques y las penurias de los bombardeos.

Pero este no fue el único amor que marcó a Armani a lo largo de su vida, ya que en los 70, mientras trabajaba para la maison de Nino Cerruti, conoció al arquitecto Sergio Galeotti, en un viaje de dos días a La Capannina, en Versilia. Para él fue un flechazo y reconoció que su sonrisa lo conquistó de primera mano. Enseguida se hicieron amigos y, al poco tiempo, en 1975, formaron la marca de indumentaria: Giorgio Armani Corporation.



“‘Tenés un potencial enorme’, me dijo. Sergio vio mi ropa y se dio cuenta de que podía llegar más lejos. Por aquel entonces, el mundo de la moda en Milán estaba dirigido por gente algo mayor. Yo era joven y tenía otras motivaciones”, mencionó el empresario.

La relación con el arquitecto le hizo sentir algo que no experimentó en su adolescencia, cuando se dio cuenta de que también le gustaban los hombres. Todo sucedió en un viaje a una colonia de vacaciones. En esa oportunidad, dentro del grupo había un líder que le llamó la atención. Por algo inexplicable deseaba estar cerca de él en todo momento.

“Estaba con un grupo de chicos y había un coordinador que inmediatamente me inspiró un sentimiento de amor. No me di cuenta del todo de esto, y no seguí adelante. Pero a partir de entonces, mi vida comenzó de una manera diferente. No era consciente de ello, no entendía qué era, no diferenciaba entre hombres y mujeres. Sentía una atracción, algo hermoso: ansiaba estar cerca de él, que me acariciara... una emoción inmensa. Nunca lo conté estas cosas a nadie. Es un recuerdo muy conmovedor”, se sinceró.

Lo cierto es que en 1985 su vínculo con Galeotti llegó a su fin. El arquitecto murió a los 40 años y se convirtió en una segunda tragedia para el diseñador. “Cuando Sergio murió, murió una parte de mí. Debo decir que me felicito un poco, porque soporté un dolor tan intenso", dijo y reveló cómo fueron los últimos tiempos de su relación: “Pasé un año en un hospital tras otro. Para no hacerle daño, seguí trabajando. Le llevaba fotos de los desfiles de moda; en sus últimos días, vi lágrimas en sus ojos. Fue un momento extremadamente difícil, que tuve que superar, incluso contra la opinión pública”.

Giorgio Armani fue una persona disruptiva e innovadora, que elevó el estilo de la alta costura italiana a un primer nivel internacional. Desde diseñar para hombres y mujeres, hasta lanzar líneas de muebles. Lo hizo todo y vivió como quiso. Y aunque no conoció a otro como Galeotti, en los últimos años compartió su vida personal con Leo Dell’Orco, a quien amó profundamente, aunque su corazón nunca dejó de tener un mismo dueño.
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Agencias