La disposición la tuvo Inglaterra, fue la oncena que propuso en los primeros tramos del partido, por su parte Senegal esperaba para precisar las intenciones de los británicos y así causarles daño desde los contrataques, los africanos buscaban constantemente los espacios vacíos que la selección inglesa dejaba al desbordarse en la ofensiva. 

El método de presión alta por parte de ambas selecciones no permitía ningún tipo de sociedades peligrosas para ninguna escuadra, por más que el balón lo tuvo más Inglaterra, Senegal mostró una mejor cara de cara a generar oportunidades.

Boulaye Diá tuvo en sus pies la jugada más clara del primer tiempo hasta ese momento, cuando recién al minuto 31, tuvo un disparo cruzado con dirección a arco, pero Pickford manoteó el balón para evitar el gol. No obstante, el peso de la jerarquía individual marcó la diferencia, ya que al minuto 37’ Henderson anotó el primer gol del enfrentamiento, luego de un desborde de Harry Kane, asestó un pase preciso al medio, y quien llegó fue el jugador del Liverpool, que solo tuvo que poner el pie para empujar el balón. El 2-0 llegó gracias a “Hurri-cane”, marcó tras una contra letal de Inglaterra

En el segundo tiempo, con la ventaja, Inglaterra se creció, propuso mejor sus ideas y encontró lo que buscaba, el tercer gol, llegó de nuevo por un desborde de la selección inglesa, esta vez, quién pudo marcar fue el jovencito Bukayo Saka del Arsenal, similar a la jugada del primer gol, Saka solo tuvo que colocar el pie para anotar el tercero.

El resto del juego, fue de trámite, Senegal dejó de atacar para no ceder más goles mientras que Inglaterra realizó los cambios pertinentes pensando en el próximo juego de la copa, también intentaron tener una posesión inteligente del balón.

(Jesús Carnevali)