Simplemente son un símbolo de profunda fe y devoción, las estampas comenzaron a circular entre los feligreses, marcando un hito espiritual para la nación.
La imagen de San José Gregorio Hernández refleja su tradicional traje y sombrero, llevando consigo un libro o un crucifijo, emblemas de su profunda fe, dedicación a la ciencia y la caridad.
Mientras que, Santa Carmen Rendiles, fundadora de las Siervas de Jesús, su estampa la presenta con el hábito de su congregación, simbolizando su vida de servicio y caridad.
Las imágenes capturan la esencia de ambos santos e incluyen oraciones o plegarias breves para solicitar su intercesión, convirtiéndose en un objeto de fervor y esperanza para los devotos.
La llegada de estas estampitas oficiales consolida la identidad religiosa y cultural de Venezuela. El pueblo se volcó en la fe, demostrando que "los ama y los necesita" como guías espirituales en estos tiempos.