Jeremy Coller, cuya fundación financiará el proyecto y trabaja, entre otros, en una investigación pionera sobre comunicación interespecies, está convencido de que el "poder de la IA" puede ayudarnos a "comprender mejor cómo otros animales interactúan con los humanos".
Sin embargo, es necesario que los modelos de lenguaje 'desaprendan' ciertas cosas que podrían terminar siendo perjudiciales e ignorando lo que el animal realmente necesita. "La IA a menudo genera respuestas inventadas que complacen al usuario en lugar de basarse en la realidad objetiva. Esto podría ser un desastre si se aplica al bienestar de las mascotas", señala al respecto Birch.
Según explicó en febrero la LSE , el proyecto pretende transformar la comprensión de los sentimientos de los animales y el impacto de las acciones, políticas y comportamientos humanos sobre ellos.
De este modo, abarcará la filosofía, medicina veterinaria, biología evolutiva, psicología, neurociencia, economía, derecho, entre otros, para diseñar mejores políticas, leyes y formas de cuidarlos. Cabe resaltar que también serán objeto de estudio animales tan evolutivamente distantes del ser humano como los insectos, los crustáceos y los moluscos.