Carabobo
Hernesto Arrieche, ejemplo de trabajo y constancia
Contó que al llegar al colegio no tenía tanta experiencia de trabajar con niños
10 de agosto de 2022
Carabobo.- Hernesto Arrieche, oriundo del estado Lara, es un hombre que durante su vida se ha dedicado al servicio y a trabajar, brindando a sus cinco hijos buenos valores como padre, junto a su esposa, durante su matrimonio de 48 años. También ha podido acompañar a todas las generaciones de estudiantes que han pasado por las instalaciones del Colegio “San Francisco de Sales” Fe y Alegría de Valencia, desde el año 1994 hasta la fecha.

Con casi 28 años de servicio como parte del personal obrero del colegio, Hernesto ha cumplido un rol muy importante en la vida del estudiantado, ya que, aunque sus labores no son de contacto directo con los niños y jóvenes, siempre les brinda su apoyo y amistad en lo que ellos necesiten.
“Mis labores son de mantener las instalaciones en buen estado, tenerlas bien cuidadas, con su pintura bonita, cuidando los jardines y así muchas otras cosas. Cuidar el colegio y sus espacios más que todo. Llego desde muy temprano para cuidar los espacios para los muchachos”, dijo con agrado por todos los años de servicio que ha dedicado al plantel de todo corazón.

Contó que al llegar al colegio no tenía tanta experiencia de trabajar con niños. Él es padre de cinco, pero que al cuidar a más de 1000 muchachos “la cosa no es tarea fácil”; sin embargo, es algo que se asume con responsabilidad y se puede lograr.

“De aquí me llevo muchas experiencias, sobre todo de mis compañeros y de los muchachos. Es una meta cumplida cuando ves a los niños empezar una etapa desde preescolar y luego salir y ser bachilleres. Sabes que donde quiera que estén se llevan un recuerdo tuyo”, expresó con muchos sentimientos encontrados.

Entre risas habló de su apodo por el cual lo conocen todos en el lugar. “Hay un profesor, José Romero, daba electricidad y madera, ya está jubilado; entre ambos teníamos un apodo, nos llamábamos “hueso” donde nos veíamos, así nos decíamos. Luego los muchachos agarraron la palabra y así me quedé”.

Una de sus anécdotas más significativas tanto para él como para quienes pasaron por el lugar, es que en cada medio día, como los jóvenes no podían salir del colegio porque tenían clases todo el día, él les hacía el favor de comprarle las cosas que necesitaran para sus clases de la tarde, un lápiz, una cartulina, un cuaderno, un block para dibujo, una hoja de examen y así. Cuando las madres traían los almuerzos y los chicos aún no habían salido de clases, él se los guardaba y luego se los entregaba, o se los llevaba hasta el salón de clases.
 
“Eran muchos muchachos, sobre todo los del liceo, pero uno los conocía a todos y también a los representantes, porque la mayoría tuvo a sus hijos desde preescolar hasta el liceo, y siempre los ayudaba”, agregó.

Para finalizar, Hernesto les dedica unas palabras a las nuevas y pasadas generaciones de estudiantes, un mensaje con cariño: “Sigan la vida por buen camino, no dejen los valores que aprendieron en la escuela. Sean buenos padres, buenas esposas y buenos esposos. Y a los que empiezan esta etapa, aprovechen todo lo bueno que puedan brindarles estos espacios, y que los cuiden, para que quienes vengan después de ustedes se consigan un lugar bonito para estudiar”.

(Franny Cordero)
Sigue la información minuto a minuto en nuestro Telegram Instagram Facebook Twitter ¡La noticia en tus manos!
VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde