Navidad, sinónimo de reencuentro, viajes, desconexión y calor de hogar
Los planes nos conducen a un mismo objetivo humano esencial: Celebrar la vida y reencontrarse con la familia
Carabobo.- La Navidad, época de profunda reflexión y reunión, se teje con hilos de tradición y planes personales. Mientras que para algunos la felicidad se encuentra en el movimiento, la aventura y las nuevas experiencias; para otros, reside en la quietud, el arraigo y el reencuentro con lo conocido.
Osmaldi Arias y Rafael Ríos ejemplifican perfectamente este contraste al planificar sus festividades de 2025, ofreciendo dos visiones opuestas pero igualmente válidas de lo que significa “pasar unas felices Pascuas”. Todo esto subraya la diversidad de caminos que, en esencia, buscan el mismo objetivo: La dicha, la desconexión y el reencuentro familiar.
Osmaldi Arias representa al viajero navideño por excelencia: aquel que busca en el cambio de paisaje la desconexión y el “reseteo” necesarios. Su plan central es viajar a Cumaná con la familia de su pareja a partir del 24 de diciembre, para disfrutar de una semana en la costa oriental. Este traslado lo sumerge en un ambiente “más caribeño” cerca del mar, lejos de la rutina citadina.
Arias valora el viaje en estas fechas como un “descanso merecido” y una oportunidad crucial para “resetearse” antes de iniciar un nuevo año. Reconoce la congestión típica de la época, pero insiste en que la organización lo vale: “Si estás trabajando o estudiando ya mereces un descanso... qué mejor que un viaje para reencontrarte o para desconectarte del trabajo o los estudios”.
La tradición familiar de viajar nació al conocer a su pareja, pero lo que lo ha fidelizado anualmente a la costa oriental no es solo el destino, sino la calidez de su familia política. “Te hacen sentir como uno más”, aseguró, destacando que desde el primer momento no sintió distinción. La alegría, el amor y el sentimiento de disfrute generalizado que allí se respira fue lo que lo “terminó de enamorar de la experiencia”. Su Navidad ideal es activa, de desconexión laboral y plena inclusión en un núcleo familiar que lo acoge con distinción,, logrando que el viaje sea su ritual de renovación.
Rafael Ríos, por su parte, prioriza el “calor familiar” y la reunión en casa, demostrando que la felicidad navideña no requiere maletas. Sus planes para el 24 de diciembre son pasarlo “en familia, acompañada de seres queridos”, sin la necesidad de una celebración “magna” o excesivamente grande.
Para Ríos, la Navidad es un tiempo para “recordar siempre de dónde venimos” y sentir la tranquilidad de estar reunido. Sin embargo, la clave de su celebración está en el arraigo emocional.