Carabobo
Celebración del Santo Cristo de la Salud de Borburata hizo un llamado a la vocación y la redención
El encuentro diocesano y de devoción también fue propicio como misa de envío de cinco jóvenes al seminario mayor
16 de septiembre de 2025
Carabobo.- En el marco de la solemne celebración del Día del Santo Cristo de la Salud en Borburata, el obispo de la diócesis de Puerto Cabello, Monseñor José Antonio Da Conceiçao, presidió la eucaristía central, que sirvió también como una Misa de Envío al Seminario. La ceremonia fue un llamado a la fe, la moralidad y el valor de la redención. 

Durante la eucaristía, el obispo encomendó a cinco jóvenes al cuidado del Seminario Nuestra Señora del Socorro. De este grupo, cuatro inician su camino como aspirantes: Jesús Quiroz, Gabriel Salazar, Williandrew Carreño y Emmanuelle Sánchez. A ellos se unió, Carlos Suárez, quien se incorpora como seminarista egresado del Seminario Menor Santo Tomás de Aquino. 


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La antigua imagen del Santo Cristo, recientemente restaurada, congregó a cientos de peregrinos de diversas parroquias. Los devotos asistieron para elevar sus peticiones por salud y protección, así como para honrar las promesas por los milagros concedidos.

El obispo explicó que celebrar al Santo Cristo de la Salud en esta fecha, a su vez coincidente a la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz significa tomar conciencia del amor de Dios Padre, quien envió a Cristo Jesús para que, despojado de su esplendor divino y hecho semejante a los hombres, entregara su vida en la cruz por cada ser humano, ya sea creyente o no.

Desde esta perspectiva de fe, la cruz se convierte en un símbolo de victoria, don, salvación y amor. Monseñor Da Conceiçao destacó que, aunque el dolor, la injusticia y la muerte puedan parecer incomprensibles con ojos humanos, a los ojos de la fe se revelan como un medio para configurarse con Cristo.

De esta manera, el sufrimiento ya no se vive como un fin en sí mismo, sino como una participación en el misterio de Dios que conduce a la salvación. Para recibirla, el obispo enfatizó que es necesario abrirse con humildad al misterio de Cristo, permitirse ser amado para, a su vez, convertirse en un don para los demás.



En su homilía, el obispo se refirió con severidad a las consecuencias de las malas acciones, como el robo, enfatizando que la rectitud es un pilar fundamental de la fe. Subrayó que, aunque las personas cometan errores, el camino de la redención es siempre posible.

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En un emotivo llamado a la fe, expresó: "La Cruz de Cristo se constituirá en salvación, en la salud verdadera para toda la humanidad. Pero hay que levantar la mirada, hay que reconocer que estamos muriendo y levantar la mirada a aquel que puede salvarnos y decirle, me estoy muriendo, necesito de ti."

Profundizando en su mensaje, el obispo afirmó que los caminos de la fuerza, la avaricia o la arrogancia no conducen a Dios. "El único camino que lleva a Dios es el que pasa por la cruz", aseveró, señalando que es allí donde los pecados son clavados para que se nos dé la vida eterna.

Explicó que Jesús no vino a abolir, sino a dar pleno cumplimiento a la historia, siendo el enviado del Padre para revelar el misterio del amor salvífico a través de su muerte en la cruz, la cual es la máxima manifestación de la gloria de Dios. Da Conceiçao advirtió sobre el riesgo de la autoexclusión de la gracia divina, un peligro que surge del uso de la libertad para rechazar el perdón.


Enfatizó que es contradictorio querer ir al cielo mientras se continúa en el pecado, y que la frase "yo soy así, no voy a cambiar" es un obstáculo para la salvación. El camino, sostuvo, requiere el humilde reconocimiento de la propia fragilidad para ser restaurados por Dios.

En este sentido, explicó que el silencio de una persona ante la provocación no es señal de debilidad o cobardía, sino un acto de amor a Jesús, quien nos invita a entregarle nuestros pecados y a buscar parecernos más a Él.

En definitiva, la celebración fue un punto de encuentro entre la tradición y un llamado a la renovación espiritual. Su mensaje resonó entre los presentes, invitándolos a la reflexión y al compromiso con una vida de mayor integridad y fe.
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VÍA María Gómez
FUENTE Editoría de Notitarde