Carabobo
José Calabrese: El llamado de la música y el destino de una estrella
El maestro de la Orquesta Sinfónica de Carabobo, es recordado por amigos, familiares, y parte de la nueva generación que continúa con su legado
21 de diciembre de 2023
Carabobo.- El maestro José Calabrese, como es conocido en Carabobo, fue un venezolano de corazón nacido el 8 de febrero de 1948 en Sicilia, Italia con el nombre de Giuseppe Calabrese Di Stefano. Pero las oportunidades de la vida, lo trajeron a los aires caribeños de esta tierra con nombre de mujer.
 
A cinco años de su despedida del mundo, el maestro está presente más que nunca en los carabobeños, en cada niño, joven y adulto que vive la experiencia del Sistema de Orquestas, y cuya vida ha sido transformada por el poder de la música.


Los primeros años del maestro

Sarina Calabrese, hermana del maestro lo recuerda como un visionario, un niño de apenas 12 años que maduró muy rápido cuando sintió el llamado del arte.

“Recuerdo que mi papá compró el instrumento a través del maestro Angelo Iglese, y logramos que llegara. En ese entonces, no se olvidará, eran 900 bolívares, pero, en la familia apoyamos eso”.

Evoca que el maestro Inglese vio esa versatilidad única, ese destello que solo los verdaderos artistas posee, y que, con mucha disciplina, lo acogió como a un hijo más.

“Él se llevaba a sus hijos, eran los tres y ahí fue su maestro (…) en el colegio Lourdes aparte de la banda, tenía todos sus alumnos, inclusive contemporáneos e hijos de amigos de mi padre”, narró.

No fue sino por cosas del destino que se presentó la oportunidad que daría inicio a la faceta de director y que marcaría más de 30 décadas de legado en Carabobo, y el mundo.

“Un día había un acto de fin de grado en el Lourdes y el maestro no pudo asistir, y a quien puso de los tres a dirigir fue a mi hermano”, comenta con orgullo la “enciclopedia ambulante” de la orquesta, como su hermano la llamaba por cariño.

En este encuentro, Sarina Calabrese aseguró que, aún con el paso de los años, hay historias que continúan descubriendo sobre su hermano. “Con los años lo hemos ido descubriendo, pero le puedo decir que como hermano, único”.

Carlos Pérez Strauss, alumno y amigo del maestro José Calabrese, revivió ese día cuando compartió con él por primera vez.
 
“Lo conocí en casa del maestro Luis Eduardo Chávez, un notable pintor y pedagogo. Allí llegó el maestro José Calabrese: un hombre delgado con el pelo muy rojo, por eso su compadre Rolando Briceño, le decía el pelirrojo”, comenta entre risas de los presentes en una mesa de Notitarde.


De derecha a izquierda:  Sarina Calabrese, Ana Mercado de Rangel, Calos Pérez Strauss, Marta Infante, Michelle y Génesis Gutiérrez.  

Para ese entonces, Calabrese estaba recién egresado del Berklee College of Music, el instituto más importante del mundo del jazz y la música contemporánea ubicado en Boston, Massachusetts.

“Era fácil de suponer que habría de convertirse en una gran figura”

Pérez Strauss recuerda que en esa oportunidad, el maestro comenzó a tocar música de cámara, en compañía de Aura Marina Ríos, en la casa del maestro Luis Eduardo Chávez.

“Tuvimos suerte los carabobeños de que se estableciera acá en nuestra ciudad, más de 33 años formando generaciones y de allí nace una amistad”, aseguró con un tono de orgullo.

El pianista Carlos Pérez Strauss describe al maestro Calabrese como un hombre versátil, “una de las ventajas del maestro Calabrese era su versatilidad, el hecho de ser multi-instrumentista, él tocaba la flauta, saxofón, clarinete, el fagot; conocía la estructura, la percusión y era arreglista”, aseveró.

Ana Mercado de Rangel, quien compartió muchos años con el maestro a nivel docente y laboral, aseguró que la versatilidad fue notoria, en especial cuando ocupó el cargo de Director de la Banda Sinfónica 24 de Junio, siendo el séptimo director de esa banda y el más joven para entonces.
 
“Fue un hombre de mucho carácter pero a la vez la parte humana de primera, cuando él veía que alguna persona necesitaba ayuda o apoyo entonces ahí estaba él”, expresó la docente jubilada de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo.
 
Carabobo y la vida de un artista

Entre su paso por el arte y la música, el maestro José Calabrese llegó a dirigir la Orquesta de Cámara de la Universidad de Carabobo, posteriormente fue subdirector de la Banda del estado, y finalmente, asume la Dirección de la Orquesta Sinfónica de Carabobo.

La visión del arte y la música del maestro Calabrese, fue mucho más allá de la época, incluso de la actualidad, y prueba fehaciente de ello es su creación:  La Fundación Orquesta Sinfónica de Carabobo y la fundación del Conservatorio de Música de Carabobo.

Estos recintos, que construyó en compañía de gente muy importante para él, están hechos con tal visión, que han sido agentes transformadores para numerosas generaciones de niños y niñas de Carabobo.

Tanto Sarina Calabrese, Carlos Pérez Strauss y Ana Mercado de Rangel, coinciden que el “pelirrojo” ha llenado de orgullo a los carabobeños, dejando el nombre del estado y de país en alto, tanto que el maestro fue llamado en más de una ocasión por prestigiosos entes internacionales de música con el ofrecimiento de cargos ostentosos, pero, José Calabrese veía algo en Carabobo que no cambiaba por nada.

José Calabrese, el "pelirrojo"

De Calabrese para el mundo: El regalo de la música

La primera gira internacional del maestro fue nada más y nada menos que en Santiago de Cuba, donde ofrecieron tres conciertos, uno en la Sala Dolores, otro en el Palacio de las Convenciones de La Habana y un tercero en el Teatro García Lorca. En una entrevista realizada para el 5 de junio de 1993 por Daniel Rodríguez para Notitarde, el maestro Calabrese se refirió a ellos como una fiesta, “porque sencillamente aquellos no fueron tres conciertos y nada más, sino que aquello se convirtió en una gran fiesta”.

En la misma entrega, el maestro indicó que “si no hubiéramos salido de las salas, todavía estuviésemos tocando allá, porque la gente aplaudió de pie”.

Sarina Calabrese recuerda la serenidad y empatía de su hermano cuando alguien le preguntó al maestro si no le incomodaba que la gente aplaudiera entre los movimientos, a lo que él respondió que no, porque “la gente aplaude cuando le nace y porque lo siente”, y no había manera que eso fuera irrespetuoso para nadie.

El maestro Calabrese, reconoció en una entrevista de 1992 que “para nosotros es muy satisfactorio que muchas personas se nos acerquen cada día para felicitarnos, para expresar su deseo de colaborar con nosotros”.

El reto de la Fundación, una muestra de humildad y compromiso

Sarina Calabrese aseguró que la creación de la Fundación de Orquesta Sinfónica de Carabobo, fue un reto que el maestro asumió pero no de forma personal, sino como algo colectivo donde todos tenían aportes que marcaron la diferencia en lo que es el legado actual que está bajo la tutela de su hijo, José Carmelo.

Carlos Pérez Strauss compartió que la visión del maestro ha sido un punto cumbre en cómo se vive el arte y la música en Carabobo, puesto “el maestro Calabrese me decía, la cultura no puede ser una agencia de festejo, contratar y contratar, hay que formarla”, y sobre eso trata el Sistema de la Orquesta Sinfónica de Carabobo.

El boom que creó José Calabrese en el estado, y el rescate icónico que hizo al arte en Carabobo, es algo por lo que “los carabobeños somos afortunados”, aseguró.

Daniel Rodríguez Martínez realizó una entrevista para el diario El Espectador, el 10 de noviembre de 1992, donde el maestro Calabrese reconoció el reto que significaba formar músicos.

Significa mucho más trabajo: tendremos que preparar a muchas más personas para que enfrenten estas actividades, porque hay el personal humano, pero hay que formarlo para que ellos tomen las riendas y puedan llevarlo a feliz término”.

Marta Infante, pianista de la Orquesta Sinfónica de Carabobo y amiga del maestro Calabrese, recuerda con gran gusto la forma de enseñanza tan particular que tenía.
 
“La experiencia siempre a través de sus enseñanzas ha sido maravillosa. Tuve el placer de trabajar con él en la cátedra de Música de Cámara en el Conservatorio y allí uno siempre lo veía como que el maestro, como la persona que está en un peldaño más arriba y entonces esa experiencia de trabajar con él como tal, como docente a la par de él, fue maravilloso porque te das cuenta de la parte humana que tiene esa persona, y ya no lo ves como el director que está por allá arriba sino como un compañero y eso a mí me encantaba”, dijo entre una sonrisa de añoranza.

La transición del legado a José Carmelo Calabrese y generación de relevo de la Orquesta Sinfónica de Carabobo

Su hermana indicó que el maestro dejó ese compromiso en su hijo, José Carmelo Calabrese, quien se fue fogueando poco a poco con la orquesta y el legado de su padre.

Sarina Calabrese aseguró que su hermano decía que como padre quizá no le podía dedicar mucho tiempo, pero le daba calidad, y su sobrino es resultado de ello, por lo que se siente orgullosa de él.

Como parte de la nueva generación de relevo de la Orquesta Sinfónica de Carabobo, Michelle Gutiérrez compartió que recuerda al maestro como un hombre que “nos puso carácter y disciplina a toda esta nueva generación”, pese a que parte de su formación ha sido bajo la tutela de José Carmelo.

Génesis Gutiérrez, quien es parte también de la nueva generación, resalta que el maestro Calabrese, tenía una personalidad introvertida al principio, pero que con la compenetración de la música, esas barreras se diluían.

Entre risas de los presentes en la mesa, recordó que en una oportunidad durante clase, se tiene la costumbre que si el maestro pasa por frente, se deja de tocar el instrumento, pero “no lo vi, en serio no vi” –risas de los presentes-, a lo que el maestro Calabrese se le acercó y le extendió una invitación para tocar en la Orquesta.

Señaló que, durante los años que tuvo como invitada, en los ensayos el maestro tenía la costumbre de bajarse del podio y desaparecerse, para luego caminar entre los músicos o aparecer por sorpresa detrás de ellos. “Uno estaba tocando una partitura y de repente zas, ahí está el maestro detrás de ti”, comentó entre risas, a la par que recordó que él aprovechaba esas ocasiones para corregir “así no se toca ahí o, toca con más carácter”, y así se relacionaba la parte humana del maestro con los estudiantes. “Él se encargaba de ir rompiendo esa barrera entre maestro y estudiante, con mucho respeto”.

Las hermanas Gutiérrez contaron que tanto el maestro Calabrese como su hijo José Carmelo, comparten muchas similitudes, y que la imagen que dejó en ellas es que “la disciplina te lleva muy lejos, el ser tenaz y mantener el respeto con los demás es como creces”, algo que José Carmelo, ha mantenido digno en el legado de su padre.

“Es algo genético. Y la pasión es inherente. Nosotras hemos crecido con el maestro José Carmelo”, englobaron.




Un abrazo para la eternidad

Un 21 de diciembre del 2018, el maestro José Calabrese pasó a ser parte de los músicos de la corte celestial, dejando esta tierra de ilusiones con sed de música y arte.

“Mi padre, mi mentor y amigo”, el escrito que su hijo José Carmelo compartió tras la partida, lleva por título “Carta a mi Padre”, y deja en evidencia la falta de palabras para expresar su partida, donde su primogénito lo describe como “el más grande en todos los sentidos”.

En el sentido texto, José Carmelo aseguró que “siempre vivirás en todas las personas que te amamos y aprendimos de ti. Las nuevas generaciones seguirán aprendiendo y beneficiándose de todo lo que construiste”.

Su tía, Sarina Calabrese, describe la carta como una conversación de despedida que sostuvo José Carmelo con su papá, la cual cierra con esta poderosa línea, “gracias por tanto. Algún día nos veremos en la eternidad y volveré a abrazarte. ¡Vuela alto!”.

El legado sigue vivo

Actualmente, el Sistema de la Orquesta Sinfónica de Carabobo se encuentra en pleno funcionamiento en las instalaciones del Hesperia WTC Valencia, donde imparten clases y mantienen el legado del maestro José Calabrese vivo en Carabobo.  
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VÍA Jesús Galbán
FUENTE Editoría de Notitarde