Economía
Empleados públicos recurren a la economía informal para aumentar ingresos
Ofrecen sus servicios de manera privada, hacen trabajos de oficios y venden productos para aumentar sus ingresos
4 de septiembre de 2023
Carabobo.- El salario mínimo de Venezuela ha originado que trabajadores del sector público como educadores, médicos, enfermeros y personal de las distintas alcaldías, gobernaciones, institutos, organismos y empresas del Estado se dediquen a la economía informal para poder suplir las necesidades básicas del hogar. 

A propósito del Día del Empleado Público en Venezuela, que se celebra este lunes 4 de septiembre, Notitarde entrevistó a trabajadores de la administración pública, donde se pudo constatar que muchos de ellos han optado por ofrecer sus servicios de manera privada, vender productos, ropa, helados, dulces, entre otros, y a hacer trabajos de oficios, para aumentar sus ingresos. 

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Una psicóloga que labora para la Defensoría del Niño, Niña y Adolescente de una alcaldía carabobeña, comentó para esta casa editora que su salario ronda los 75 dólares, ya que gana sueldo mínimo más el Bono de Alimentación, cuyo monto es de 40 dólares al cambio del Banco Central de Venezuela (BCV), y el bono “Contra la Guerra Económica”, el cual es otorgado por el Sistema Patria por un monto 30 dólares al cambio del BCV. 

“Tengo que ayudarme ofreciendo terapia psicológica privada, la cual también está bastante decaída, ya que no hay muchos pacientes porque no tienen la posibilidad de costear una consulta por el medio privado”, expresó. 

Asimismo, agregó que motivado a que el salario no le es suficiente para cubrir las gastos básicos del hogar como la alimentación, servicios, producción de aseo personal, ropa, calzado y entretenimiento, y los pacientes que atienden de forma privada son “muy pocos”, se ha visto obligada a trabajar en la economía informal. 

Me ha tocado vender helados en mi casa y algunos productos como cremas, perfumes y ropa. De esta manera yo hago más o menos un equilibrio, porque cuando voy al supermercado el dinero que gano en el sector público no me alcanza para hacer un mercado y no es suficiente para cubrir todas las necesidades”, señaló. 

Explicó que como psicóloga de la institución su función es velar por la protección y el bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes que son atendidos en el lugar debido a problemas en la convivencia familiar. 

“Es un trabajo de bastante importancia e interés pero lamentablemente tenemos que recurrir a otros medios para sobrevivir debido a la situación país”, al mismo tiempo que aseguró que a pesar de la baja remuneración se mantiene en su puesto por la pasión que le tiene a su profesión y por servirle a las personas que lo necesitan, especialmente a los niños y jóvenes. 

Por su parte, la educadora Gloria Colmenares, aseguró que los docentes, así como los trabajadores del sector públicos “son unos guerreros que están sobreviviendo con el salario mínimo”. 

“Los educadores formamos a los ingenieros, médicos, y a la futura generación, y debemos ser dignificados con un sueldo acorde a la realidad porque la canasta básica está sobre los 500 dólares”, acotó. 

Comentó que sus ingresos como educadora no le alcanza para comprar alimentos y medicamentos.  Si compramos medicamentos no nos alcanza para comer y si compramos la comida no nos alcanza para los remedios. El gobierno tiene que dignificar a los empleados públicos y a los trabajadores que son los que hacen vida y fuerza a este país”, dijo. 

Colmenares comentó que para ella no es justo que un educador tenga que vender helados en su casa o dar clases de tarea dirigida para poder cubrir sus necesidades básicas, como es su caso, ya que para eso tiene una profesión y un trabajo en el área. 

“Si nosotros estudiamos una profesión, estuvimos cinco años en una universidad, más los postgrados que uno ha realizado para seguir formándose y profesionalizándose, es para tener una buena calidad de vida con un salario acorde”, apuntó. 

Para ella, un docente que trabaje dando clases de tarea dirigida lo debería de hacer por amor a la profesión y a la enseñanza, y no porque “el sueldo que gana en una escuela no le rinde”. 

Con mucho sentimiento y tristeza, la educadora relató que le da nostalgia ver como sus colegas abandonan un aula de clase para “trabajar limpiando casas, oficinas, vendiendo comida, eso no es justo”. 

Con más de 26 años de servicio, la profesora Gloria Colmenares señaló que su salario es de 600 bolívares, más el bono de alimentación y el bono de Guerra Económica, por lo que en los últimos años ha optado por dar clases particulares y de tarea dirigida desde su casa, y vender helados para poder incrementar sus ingresos. 
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VÍA Paola Ugarte
FUENTE Editoría de Notitarde