Patrulla policial arrolló a una niña pensando que "era un perro" y su madre exige justicia
Ashley Urdaneta, de cuatro años, estaba sentada sobre cartones mientras cambiaba sus zapatos, cuando la arrolló una patrulla del Cicpc
Sucesos.- “Mami, ¿mis zapatos están bien así?”, le preguntó Ashley Urdaneta a su mamá para que la llevara a comprar un chocolate. “No, están al revés. Anda a acomodártelos”, le respondió Mayerling Soto a su hija, de cuatro años.
La niña caminó y se sentó sobre unos cartones que yacían en el piso de una estación de gasolina, en Propatria, donde trabaja su mamá. Mayerling la veía a menos de dos metros de distancia y la esperaba para irse, .
Sin embargo, Ashley no pudo completar la tarea. En cuestión de segundos, una patrulla que estaba estacionada en uno de los laterales de la gasolinera –perteneciente al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales Y Criminalísticas (Cicpc)–, arrancó de forma abrupta y arrolló a la niña, quien aún estaba concentrada en sus zapatos, describe el portal noticioso Crónica Uno.
Mayerling corrió y levantó el cuerpo endeble de su hija. Ashley estaba llena en sangre y aún sostenía en su mano uno de sus zapaticos.
Al mediodía del pasado 26 de abril, la patrulla del Cicpc ingresó a la estación de gasolina, cercana al centro comercial Propatria, a pesar de que esta estaba acordonada y fuera de servicio. Permaneció estacionada cerca de 10 minutos.
“Disculpa, yo pensé que era un perro”, fue la respuesta que le dio el funcionario que manejaba el vehículo a Mayerling.
Los testigos gritaron y los funcionarios trasladaron a la madre y a su hija al hospital de Los Magallanes de Catia, donde Mayerling asegura que su hija ingresó sin signos vitales.
Mayerling desmintió varias versiones de la policía, como que su hija llegó viva al hospital, que la niña estaba durmiendo en una caja de cartón en una estación de servicio en el momento de los hechos, o que la niña pasó corriendo cuando la patrulla arrancó. También contó que los funcionarios se estacionaron en ese lugar porque estaban trasladando a unos presos, pero no tenían ninguno en la unidad.
No dormía en cartones
Crónica.Uno estuvo presente en el acto fúnebre de Ashley, en la avenida Nueva Granada. La familia decoró la sala con globos rosados, blancos y dorados alusivos a la serie infantil animada Masha y el Oso.
Ashley Lailet Urdaneta Soto, una niña de piel canela y cabellos dorados, decía que se parecía al personaje de Masha.
“Me mataron a mi muchachita, esa niña era mi alegría. No me dejaron crecer a mi hija. Quiero justicia para mí bebé. Ella no se le atravesó a nadie, ella se estaba cambiando los zapatos para que yo le comprara un chocolate”, dijo Mayerling Soto, en medio del llanto.
Desde hace cuatro años la madre trabajaba como cuidadora de motos y carros en esa estación de servicio. Mientras que el padre de la niña, Joel Urdaneta, trabaja en el autolavado cercano a la gasolinera.
Mayerling llevaba a Ashley desde pequeña a la estación de servicio, pero aseguró que la niña nunca durmió entre cartones o en cajas, como aseguró la policía. Este lunes, 29 de abril, el cuerpo de la niña fue sepultado en Cementerio General del Sur.
Irregularidades
Mayerling y su familia manifestaron varias irregularidades que ocurrieron desde la muerte de su hija. En primer lugar, la intimidación por parte de un funcionario del Cicpc a Joel Urdaneta, para que no denunciara al funcionario que conducía la patrulla.
“No hundan a ese chamo más de lo que está”, le dijo el supuesto oficial al padre.
En segundo lugar, cuando Mayerling acudió a la sede la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de tránsito en El Llanito, la sometieron a un largo interrogatorio e intentaron hacerla dudar y responsabilizarla por lo ocurrido.
“¿Qué hacía su hija durmiendo dentro de una caja en una gasolinera?”, le preguntaban. Alegato que siempre negó tanto ella como sus familiares. La niña siempre durmió en casa de sus padres, en la avenida Morán.
Horas antes, en el hospital donde ingresó su hija, a Mayerling le inyectaron calmantes por la crisis de nervios que sufrió. Aún en el interrogatorio que le hizo la PNB estaba bajo los efectos de los fármacos.
Un pariente cercano contó a Crónica.Uno que a la madre la mantuvieron en El Llanito al menos unas seis horas.
En tercer lugar, en el hospital Magallanes de Catia se negaron a darle el informe médico para poder retirar el cuerpo de la niña en la morgue. Por esta razón, Mayerling acudió al Ministerio Público para que le dieran una orden.
Adicionalmente, en la autopsia solo indica que Ashley sufrió una fractura de cráneo por traumatismo craneoencefálico, cuando sus parientes alegan que, presuntamente, sufrió otras lesiones graves en su cuerpo.
El día de los hechos los familiares contaron que varios funcionarios del Cicpc limpiaron el sitio donde arrollaron a Ashley e impidieron que los grabaran. No obstante, aseguraron que lo ocurrido quedó registrado en las cámaras de seguridad de la estación de servicio y del centro comercial Propatria. Para acceder a ese material les dijeron que deben llevar a un fiscal.
La tarde del 29 de abril, familiares y personas cercanas a Mayerling Soto y Joel Urdaneta, protestarán en el sitio donde la arrollaron para exigir justicia. Hasta la fecha desconocen si hay detenidos.