Sucesos
Crónica criminal del pasado: El asesinato de Felipe Pirela
"Al llegar a la esquina de la calle Rosa con Av. Isla Verde, cerca del Aeropuerto de San Juan, un automóvil se detuvo junto al cantante"
27 de abril de 2024
Sucesos.- Eran las cuatro de aquella mañana puertorriqueña cuando el cantante zuliano caminaba por la calle Baldority de Castro, luego de salir del Club Nocturno “Molino Rojo” en Caguas. Posiblemente iba recordando los tiempos de fracasos y frustraciones en su natal Venezuela cuando, invitado en una fiesta donde tocaba la Billo’s, lo “descubrió” el maestro Frómeta. Antes de su encuentro con el famoso merenguero dominicano-venezolano no había pasado de cantar entre aficionados y en alguna orquesta de segunda, pero todo cambió en 1960 cuando fue contratado por la Billo’s y se convirtió en uno de los cantantes populares más famosos de Venezuela y el Caribe. Luego vino la fama, lo llamaron “El Bolerista de América”, y vino también el dinero. Se casó con una chica que era casi una niña y fracasó escandalosamente en su matrimonio. Lo demandaron por incumplimiento de la pensión alimentaria de la hija recién nacida y hasta le dictaron auto de detención, por lo que huyó del país por Maicao. También rompió con Billo’s y se radicó en Puerto Rico.

Mucho dinero, alejamiento de la familia, debilidad de carácter, trasnochos, vicios, clubes nocturnos, vida disipada, hombres oscuros y mujeres turbias no conducen a nada bueno. Y las cosas se pagan. Sobre todo las deudas.

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Casi amanecía aquel domingo 2 de julio de 1972 cuando el “Bolerista de América”, después de un sábado de canciones, rumba y tragos con varios amigos y chicas, se dirigía caminando al Hotel Cecilia’s donde vivía. Algunos transeúntes madrugadores o trasnochados lo saludaban al reconocer al artista que, en esos momentos ocupaba el Nro. 1 en el “hit parade” puertorriqueño, con “Perdámonos”.

Al llegar a la esquina de la calle Rosa con Av. Isla Verde, cerca del Aeropuerto de San Juan, un automóvil se detuvo junto al cantante. Una mano salió por la ventanilla empuñando un reluciente colt 38 de donde salieron varios disparos. Pirela, con el pecho atravesado por las balas, cayó al piso. Gritos y frenazos. Algunas mujeres lloraban. Al pasar la confusión trasladaron al herido al Hospital Presbiteriano Santurse, Uno de los balazos había perforado la arteria aorta, lo que le produjo una hemorragia masiva y la muerte. Tenía tan solo 30 años de edad.

La policía inició las investigaciones. Como es natural, en la investigación criminal se empieza por el entorno de la víctima. Se habló de que el cantante habría tenido una discusión muy fuerte con algunas de las personas que le acompañaban esa noche. El principal sospechoso en el primer momento era Carmelo López, amigo de Pirela y quien estaba con él en el instante del tiroteo, pero al avanzar las investigaciones fue descartado.

La policía profundizó las averiguaciones. Hablaron los amigos del “malquerido” como también llamaban a Pirela. Contaron de su adicción a la cocaína y su preocupación por las deudas de vicio. Los investigadores llegaron hasta su proveedor, un famoso mafioso con amplios antecedentes de nombre Luis Rosado Medina. El peligroso hampón confesó: “maté a Pirela porque me debía cinco mil dólares en cocaína y no me pagaba”.

Un avión de la línea Aeropostal trajo su cadáver a Maracaibo, el 4 de julio de 1972. Una multitud lo recibió en el aeropuerto zuliano. Su sepelio, es recordado como uno de los más multitudinarios de Maracaibo.

Triste como sus boleros la forma de terminar la vida del “Bolerista de América”
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VÍA NT
FUENTE Luis Heraclio Medina