Crónica del Pasado: El naufragio del buque de Valencia
Una vez conocido el naufragio, tres barcos fueron enviados para rescatar a los sobrevivientes
Sucesos.- Este es un episodio muy poco conocido por los venezolanos, pese a que, tiene que ver con Venezuela y nuestra ciudad de Valencia. Casi desde nuestros primeros años de independencia prestaba servicios de transporte de personas, correo y carga entre Nueva York y Venezuela una empresa naviera propiedad del empresario británico-venezolano John Boulton y del norteamericano John Dallet denominada la “Red Line”. En sus primeros tiempos eran barcos a vela, y uno de ellos el “Caracas” escoltó a la goleta “Constitución” que trajo los restos mortales del Libertador a Venezuela en 1842.
A finales del siglo XIX ya la línea tenía buques a vapor: las naves gemelas “Valencia” y “Caracas”, que llegaban hasta Puerto Cabello y La Guaira cada quince días. Después de varios años surcando las aguas del Caribe, pero en 1898 el “Valencia” fue vendido a la otra línea que lo llevó a la costa Oeste de los Estados Unidos, donde hacía la ruta entre San Francisco, California y Alaska.
Es de notar que el “Valencia” fue un buque construido para navegar en las aguas del Caribe, con condiciones de navegabilidad muy distintas al norte del Pacífico. En aquellos tiempos no existían ni el radar ni el sonar.
La tormentosa medianoche del 20 de enero de 1906, en viaje de regreso a San Francisco desde Canadá, debido a las malas condiciones del tiempo el “Valencia” chocó contra un arrecife sumergido, rasgando el casco por donde entraba gran cantidad de agua. Para que el buque no se hundiera el capitán decidió encallarlo en el arrecife. En medio del terror y la confusión fueron lanzados al agua los botes salvavidas, la mayoría de los cuales se hundieron al caer y otros fueron volteados por las olas, mientras la violencia del mar iba destrozando el barco poco a poco. Algunas personas lograron subir a los mástiles del buque para escapar del fuerte oleaje.
Una vez conocido el naufragio, tres barcos fueron enviados para rescatar a los sobrevivientes. El más grande era el barco de pasajeros “Queen”; acompañándole fueron el vapor de salvamento “Recuperador” y el remolcador “Cza”r. Otro buque de vapor, el “Topeka”, fue enviado después con un médico, enfermeras, suministros médicos, miembros de la prensa, y un grupo de marineros experimentados. En la mañana del 24 de enero el “Queen” llegó al lugar del naufragio, pero no pudo acercarse debido a la severidad del clima y la falta poca profundidad de las aguas. Al ver que no sería posible acercarse a los restos del naufragio del mar, el vapor de Salvamento y el “Czar” partieron a un puerto cercano para organizar un grupo de rescate por tierra.
Tres días estuvieron los infelices pasajeros tratando de salvar sus vidas, subidos a los mástiles para salvarse de las fuertes olas, hasta que el último de ellos fue arrastrado por la violencia de las aguas que llegaban hasta lo más alto de los mástiles.
Al final el buque Topeka pudo salvar a 37 personas. Más de cien murieron ahogados, entre ellos todas las mujeres y todos los niños.
De los 37 pasajeros que fueron rescatados con vida de los cuales 25 fueron a parar a un hospital psiquiátrico por haber quedado desquiciados, otros 5 quedaron mudos y fuera de sí, mientras que los últimos 7 cometieron suicidio poco después del rescate.
Muchas leyendas surgieron luego del naufragio. Marinos decían ver en las noches brumosas un barco parecido al Valencia envuelto en la espesa neblina. También se divisaban botes salvavidas que nunca se podían alcanzar. 27 años después del hundimiento se halló una de las balsas del “Valencia” flotando tranquilamente en cerca del lugar de la tragedia. La balsa estaba en perfectas condiciones y tenía aún la pintura original, pero quizá lo más horrorizante fue que misteriosamente las ropas de los tripulantes estaban también intactas encima de balsa, como si hubieran desaparecido …. Hasta la fecha es considerado como uno de los grandes misterios de la historia marítima.
La historia del vapor “Valencia” es muy conocida en Canadá y el norte de Estados Unidos. Se han hecho libros y películas sobre esta tragedia. Hay placas en Canadá cerca del lugar del naufragio y en un museo se encuentran algunos de sus restos.
Por Luis Heraclio Medina C.
