Además mejora la aptitud cardiovascular, lo que comprende a la circulación sanguínea y el sistema cardiorrespiratorio.
Ayuda a quemar calorías, es decir, dicho ejercicio funciona para reducir la grasa corporal.
Disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y accidentes cerebrales.
Mejora la función cognitiva, debido a que aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede estimular la producción de nuevas células cerebrales.
Mejora la salud mental, ayuda a elevar el ánimo y empodera la autoestima.
Fortalece el sistema inmune: Correr aumenta la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, lo que ayuda a eliminar las bacterias de las vías respiratorias.
Sirve como puente de conexión con la comunidad: Correr por las calles y parques puede ayudar a sentir el enlace con el entorno.
El artículo suscrito por profesionales de la salud a escala internacional detalla que correr “es un ejercicio de soporte de peso que ayuda a desarrollar huesos fuertes y a potenciar los músculos”.
Es de mencionar que, supone un menor riesgo de padecer trastornos como la ansiedad o la depresión, además de aumentar potencialmente el estado de ánimo del corredor y disminuir la fatiga y el dolor a largo plazo, así como también aporta oxígeno extra que favorece el buen funcionamiento del cerebro, indispensable para mantenerse activo y alerta durante el día.