Puede que te autoengañes y ni siquiera lo sepas, según un estudio
Revelan cómo nuestra mente podría hacernos trampas sin que lo notemos
Salud.- La investigación, liderada por la profesora adjunta de marketing Sara Dommer en la Universidad de Penn State y publicada en el Journal of the Association for Consumer Research reveló que quizás tengas una gran capacidad para el autoengaño, especialmente cuando no hay nada tangible que ganar, sino simplemente el deseo de sentirte más inteligente o más saludable.
Este estudio, que hace referencia a un tipo de autoengaño que muchos suelen practicar, como, por ejemplo, redondear a la baja las calorías en una aplicación de seguimiento de dieta o echar un vistazo furtivo a las respuestas durante un test en línea.
"He descubierto que la gente hace trampas cuando no hay incentivos extrínsecos, como dinero o trofeos, sino recompensas intrínsecas, como sentirse mejor consigo misma", explica Dommer, según un comunicado de Penn State.
Afirmaron que para que este mecanismo funcione, las personas necesitan convencerse de que no están haciendo trampas.
El autoengaño cotidiano: experimentos
A través de cuatro estudios meticulosamente diseñados, Dommer y su equipo pusieron a prueba esta tendencia humana. En uno de los experimentos más reveladores, 288 estudiantes universitarios se enfrentaron a una tarea aparentemente simple, registrando las calorías de sus comidas durante tres días. Algunos recibieron información precisa sobre el contenido calórico, mientras que otros tuvieron que elegir entre varias opciones. El resultado fue sorprendente: cuando existía ambigüedad, los participantes sistemáticamente elegían las estimaciones más bajas, registrando en promedio 244 calorías menos por día.
Pero el fenómeno va más allá de la comida. En otro experimento con 195 participantes de Amazon Mechanical Turk, se realizó una ingeniosa prueba de cociente intelectual. La mitad del grupo podía ver las respuestas correctas después de unos segundos, mientras que la otra mitad no tenía esta "ventaja". Los resultados fueron reveladores: el grupo que podía hacer trampa no solo obtuvo una puntuación significativamente más alta (8,82 sobre 10, comparado con 5,36 del grupo de control), sino que además predijo con confianza que obtendría resultados similares en futuras pruebas donde no podrían hacer trampa.
"Los participantes del grupo de los tramposos se autoengañaron en el diagnóstico y se atribuyeron a sí mismos su rendimiento", dijo Dommer. "Pensaban: 'Estoy rindiendo bien porque soy listo, no porque la tarea me permitiera hacer trampas'", agregó.
En el final del experimento para dar una solución a la "problemática", los expertos hicieron un experimento final sobre conocimientos financieros y les indicaron a los participantes que la mayoría de los estadounidenses no pueden aprobar un examen básico de finanzas. Esto probó que la duda sobre las propias capacidades parece actuar como un antídoto contra el autoengaño.