Salud
Desafíos que enfrenta el 10 % de la población mundial que padece dislexia
Cada 8 de octubre se celebra el Día Internacional de la Dislexia, para visualizar las problemáticas de este trastorno que afecta al 10% de la población mundial
8 de octubre de 2023
Salud.- La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ninguna dificultad física, psíquica ni sociocultural y cuyo origen deriva de una alteración del neurodesarrollo. 

Cada 8 de octubre se celebra el Día Internacional de la Dislexia, con el fin de visualizar las problemáticas alrededor de este trastorno que afecta al 10% de la población mundial, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las últimas revisiones científicas dan cuenta de que “la prevalencia en los niños es significativamente mayor que en las niñas”, pero no se observan diferencias significativas.


De acuerdo a cifras estimadas, los niños disléxicos (con edades comprendidas entre los 7 y 9 años) representan entre el 3 y el 6% de la población infantil.

Según la Academia Nacional de Ciencias estadounidense, se estima que entre el 10 y el 17,5% de la población de ese país tiene dislexia, aunque aseguran que “para la población de habla hispana, el grado de prevalencia de las estimaciones es menor".

Es hereditaria

Gabriela Arista Farini es médica pediatra especialista en Neuropsicología (MN 84.743) y coordinadora del Grupo de Neurodesarrollo de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Filial Lagos del Sur, aclaró que “está definida como una condición del neurodesarrollo de origen genético”, al tiempo que señaló que “esta condición se repite en las familias debido a que tiene una alta carga hereditaria y tiene que ver con la dificultad de la migración de las neuronas en alguna parte del cerebro que estaba preparada para la vía del desarrollo de la lectura. Cuando esto no sucede, el niño tiene una dificultad puntual en esa área”.

Señales para reconocer la dislexia de manera temprana

La especialista en Neuropsicología precisó que “normalmente se espera que al final de primer grado un niño pueda reconocer las letras, pueda unirlas, leer de manera precisa y comprender lo que lee”. Y sostuvo que “si esto no sucede, es una primera señal de alarma que tanto los docentes como los padres no deberían ignorar”.

“Otras señales pueden ser que el chico tenga dificultad para contar los días de la semana, para recordar los meses del año, recordar los nombres de sus compañeritos, para atarse los cordones -enumeró la experta-. Son síntomas sutiles que pueden hacer pensar que algo en el desarrollo no se dio del todo bien y condicionó un cerebro que piensa y siente diferente”, enfatizó. 

La dislexia en adultos: Desafios

Natalia Barrios es psiquiatra infanto juvenil y de adultos (MN 112.807) y fue diagnosticada de dislexia a los 36 años. Y sobre qué señales pueden observarse en un adulto con esta condición, destacó: “Como la dislexia es un desafío en el desarrollo, en realidad quien llega a adulto sin un diagnóstico ha tenido diferentes dificultades. Lo más habitual es tener antecedentes de fracaso escolar en diferentes grados, desde personas que no adquieren la lecto escritura, hasta otras que simplemente tienen dificultades en la velocidad lectora, la ortografía o sustituyen o ‘inventan’ palabras. Lo que suele suceder es que esos problemas, que pueden ser manejables y totalmente compensados con los apoyos correctos a través de la identificación e intervención tempranas, se van convirtiendo en pequeñas o grandes vivencias de fracaso por parte de quien los padece y luego se asocian a otros problemas de salud mental”.

Según ella, es común que muchas personas que tienen dislexia "sean etiquetados de ‘vagos’, ‘distraídos’, ‘poco perseverantes’, etc. Y es por eso que muchas veces se dan por vencidos y renuncian a continuar con la educación formal”, dijo. 

Asimismo, apuntó que otras personas son resilientes, "pueden sobreponerse a las opiniones externas, pero sin los apoyos indicados, atraviesan el contexto educativo con mucho esfuerzo y sin conseguir los resultados que su esmero merecería”.

Barrios agregó que algunos también conviven con otros diagnósticos como la discalculia, el déficit atencional, la ansiedad o la depresión (estas dos últimas, muchas veces consecuencia del estrés por la falta de apoyo) y "entonces las manifestaciones abarcan otros aspectos de la vida como la organización, la posibilidad de prestar atención, resolver cálculos matemáticos o problemas en el ánimo”, dijo. 




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VÍA NT
FUENTE Infobae