Comidas navideñas tradicionales: Un legado que refleja la unión familiar
Consumen rápidamente doce uvas al ritmo de las campanadas para pedir deseos de prosperidad, salud y amor en cada mes del nuevo año
Aragua.- Cuando el calendario marca el fin de año, el estado Aragua se envuelve en aromas que son historia, recuerdos llenos de nostalgia y augurio. Más allá del conteo de las doce campanadas, las mesas de cada casa aragüeña se convierten en el centro de un encuentro profundo donde la comida y la bebida son elementos que sellan la unidad familiar y atraen la prosperidad para el año 2026. Esta tradición gastronómica, robusta y variada, adquiere un significado especial en la región, uniendo el sabor del llano, la costa y la montaña.
En Aragua, como en el resto del país, la cena de Año Nuevo tiene sus protagonistas indiscutibles. No son solo platillos, son símbolos de buena fortuna. Como la hallaca, este alimento es emblemático en la época; su preparación tiene un toque particular que combina la sazón central del país con notas de las especias utilizadas en el día a día; es un secreto de gusto que se hereda y se prepara en jornadas de comunión.
Asimismo, se sirve el pernil, con su piel crujiente y su carne jugosa, ocupa el lugar central de la mesa. El éxito de su preparación, que requiere horas de marinado y cocción lenta, es un motivo de orgullo familiar, especialmente de celebración para las abuelas; para algunos incluso simboliza la abundancia.
Del mismo modo, el pan de jamón, con su masa suave que envuelve tocineta, pasas y aceitunas, representa la unión de los sabores. En las panaderías de Maracay, la demanda del producto se dispara en las últimas 48 horas del año, no puede haber una mesa sin un delicioso pan de jamón.
En ese mismo sentido, es importante mencionar que la comida va acompañada de un Ponche Crema; esta bebida dulce a base de huevo, ron y leche condensada es el brindis clásico venezolano. Se consume frío y su textura cremosa es un placer que marca la festividad. Aunque muchas familias compran la versión comercial, la receta casera, transmitida de generación en generación, es un tesoro.
Y, por último, el punto cumbre de la tradición son las doce uvas; particularmente, las fruterías y mercados de Maracay viven un alza inmediata en la venta de la fruta, pues las familias consumen rápidamente doce uvas al ritmo de las campanadas para pedir deseos de prosperidad, salud y amor en cada mes del nuevo año.