En el texto, resaltó que: "desde ese espacio de sumisión y dependencia, Irfaan Ali hizo atrevidas e infundadas acusaciones en contra del Gobierno venezolano, donde mintió descaradamente sobre un tema que bien conoce, ya que es el verdadero jefe de la mafia de extracción ilegal del oro y minerales, que ha ocasionado una destrucción acelerada del ambiente y la vida misma en un territorio que no le pertenece".
El escrito, también, señala que Guyana carece de autoridad moral para hablar de legalidad o de democracia. Lo que exhibe como "cooperación" con Estados Unidos no es más que una entrega servil de soberanía, que busca convertir a su país en una base de operaciones contra Venezuela y contra la estabilidad de la región.
"A Irfaan Ali le decimos claramente: mantenga silencio cuando se refiera a Venezuela. Su gestión, marcada por el entreguismo, el robo y la provocación, no tiene legitimidad para señalar a nadie. Y más temprano que tarde, tendrá que sentarse con Venezuela a resolver lo que se niega a admitir: que el Esequibo es venezolano, y que la explotación de recursos en áreas marítimas sin delimitar es un acto de piratería moderna que no será tolerado", continúa la minuta.
Por último, ratifica que "la Guayana Esequiba es territorio venezolano, y solo el Acuerdo de Ginebra de 1966 constituye el mecanismo válido y reconocido para resolver la controversia sobre ese espacio terrestre. No existe atajo judicial ni maniobra mediática que despoje a Venezuela de sus derechos históricos".