La formidable presencia mediática pero también el indiscutible talento poético-jurídico de Saab
El escritor venezolano, Alberto Jiménez Ure, dedica un reconocimiento a las obras del poeta Tarek William Saab
País.- I tell my beloved descendants, intellectuals, friends or detractors, that we must give peace a chance: man seems to be the war and its devastation has not ended" (𝔍 𝔘𝔯𝔢)
Aun cuando su presencia sea actualmente (2023) portentosa a causa de su amplísima exposición en lo que defino
https://www.academia.edu/26966310/LAS_REDES_DE_DISOCIADOS (01) y medios de comunicación tradicionales, no discutiré con la sarna y saña fortuita ni adventicia de ciertos individuos que no son cosa distinta a bodrios del porcentaje hipócrita de una intelectualidad en «éxodo de acomodo miedoso» contra el indiscutible talento literario y jurídico de Tarek William Saab, tras pretender conducirlo al patíbulo. Entre esos falangistas ridículos y cobardes irgue como fusilero montaraz Ibsen Martínez (02), quien alguna vez confesó su tardío e inútil arrepentimiento cuando formaba parte del tropel de locos en un fandango de América. Dice que no es el que fue. Quizá tiene razón: empeoró. He sido un fervoroso polemista y por ello impelo a los más sabios leer sus infortunados testimonios [¿mea culpa?] publicados en el diario español https://elpais.com/elpais/2014/06/05/opinion/1402005107_301578.html. No dudo que babeaba cuando miraba caminar por los pasillos de la Universidad Central de Venezuela al autor de https://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/in-vino-veritas.pdf.
La madrugada del año 2022 (Agosto — 2), recuerdo haberle comentado a Tarek mi opinión [desde mi cuenta https://twitter.com/JUREscritor] en redor de su texto Un tren recorre el olvido: "En sus andenes vacíos viajo desde el olvido hacia ninguna parte" -parecía decírmelo exclusivamente, mientras yo lidiaba con mi insomnio de data infante.
Le compartí mi espontáneo y auténtico regusto por esa formulación que ahondó en mi alma. Experimenté discernir ante su mirada despierta en nocturnal y poética plática fenomenológica e imaginariamente no virtual, que "tiene elementos fantásticos y desolación. En el andén nadie espera viajeros, son ilusión de movilidad".
Advierto En un paisaje Boreal elementos lúgubres, pocas veces hastío, ira o pulsión insurreccional [en la I Parte, redactada antes del a. 2.000] pero prevalecen remembranzas y nostalgias:
"Quiso ir/a orar/en los templos/de Palestina/junto a Espartaco/ resucitado/ganar batallas/y llevar la gloria/a las montañas/de Nilom Bellí/donde un día/enloqueció…" (ob. cit. p. 56).
La épica transmutada hacia registros históricos sobre sus ascendientes dirige al poeta hacia sucesos que ya son de otro mundo, sin dejar de influir con severidad en su inmediatismo existencialista. Cada cual (aspirante) ser reconocido hacedor decide si será poderoso al momento de escribir o declinará para que su preconcebido perfil bajo no incomode a nadie. Sólo a los mediocres produce escozor Tarek William Saab, tanto con su fabulosa poética como quehaceres de índole profesional. No desestimo el oficio de ningún poeta, procuro separar la docta formación que pudieran exhibir quienes son bohemios o amigos de https://es.wiktionary.org/wiki/Baco. Me consta que nuestro analizado escritor nunca fue una persona cerril, pero toleró y departió con quienes lo eran. Los hubo y existen todavía en el mundo, con o sin reconocimientos internacionales.
Siento especial predilección por gran parte de su poética quiescente, no beligerante, pero igual esa propia del iconoclasta Saab. No fue fácil lo que tuvimos que vivir y padecer los intelectuales y la gente común en el curso del s. XX, plagado de caudillitos que ordenaban conferir distinciones o cargos públicos.
Destaco un poema anexo en la Segunda Parte de En un paisaje boreal:
A la luz de la luna mi dañado perfil se contempla/un espejismo de turbia laguna/me regresa desdibujado frente a la cerca:/Vengo a pactar mi resurrección en otra parte/El asedio se desmorona ante el alambre y/nada me reúne a esta hora con nadie/Sólo en mi silencio soy lo inatrapable/en lo callado se mueven mis aguas […] (Ibídem., 144–145).
Los hacedores de literatura no tenemos blindajes, sólo una inteligencia privilegiada que puede, antojosa, por cautela o legítima defensa, volverse incisiva. Incluyo individuo con número correspondiente a Tarek en mi humilde proscenia, el mismo de los tiempos cuando gritó a favor de los derechos fundamentales de los estudiantes víctimas de írritas decisiones de autoridades con deficiencias cognitivas. Ambos prorrumpimos fundamentándonos en la
El hombre parece ser la guerra y no ha terminado su devastación: demos una oportunidad a la paz (☮). También estuve fuera de Venezuela durante algún tiempo considerable, pero, desde el exterior no disparé petardos contra nadie. Imposible contra poetas, lo cual es pecado. Me fui y regresé sin odios. Confirmé mi inmenso arraigo.
NOTAS.-
Por Alberto Jiménez Ure